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Este proyecto ya fue modificado en su versión original en el Congreso, que se autootorgó parte significativa de esos fondos al destinar buena parte a municipios y gobernaciones. No fue utilizado con probidad este dinero en estas instancias y quieren más. Con preocupación vemos que en el Congreso se están gestando nuevos intentos de modificar la ley, con intención específica de redireccionar un sustantivo porcentaje del dinero ya otorgado en concurso al programa Prociencia del Conacyt hacia las gobernaciones y municipios. De hecho, el anteproyecto de ley de apoderamiento de un dinero ya asignado por ley a programas de ciencia y educación, fue aprobado en la Cámara de Diputados. Pedimos mayor cordura a los senadores que en estos días deben ocuparse de este tema. Porque sería un grave error interrumpir, alterar o modificar los programas del Conacyt, tan larga, penosa y laboriosamente logrados
De acuerdo a la ley, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt, recibiría un poco menos de 100 millones de dólares durante los próximos cinco años para apoyar a investigadores, a proyectos de investigación y a la formación de nuevos científicos. Este aporte pudiera parecer extraordinario, pero el Paraguay sigue siendo el último en la financiación de las actividades científicas en el continente. De aprobar los senadores el malhadado proyecto de ley originado en Diputados, sufriría el programa de incentivo a los científicos del Paraguay (Pronii), un modelo en su género en Latinoamérica, por su transparencia, rigor y probidad. Este programa ha demostrado ser exitoso pues ha duplicado la producción científica en pocos años y convocado a numerosos jóvenes para iniciar con justo apoyo su carrera científica junto a mentores experimentados sin necesidad de huir del país. Con estos fondos fueron seleccionados 300 científicos adicionales a los 100 ya categorizados y este trabajo está terminado. Se estará financiando por concurso más de 400 trabajos científicos en todas las disciplinas del saber científico, tecnológico y humanístico. A diferencia de la manera más común de actuar de nuestras instituciones, el programa se fundamenta en estricta meritocracia y competición, con jurados internacionales, sin favoritismo, nepotismo, ni prebendarismo. Entonces, habiendo logrado el Conacyt una credibilidad científica y una transparencia administrativa, donde todos sus consejeros, públicos y privados, no reciben remuneración por su trabajo, sería un despropósito desviar su presupuesto para la investigación penosamente logrado hacia instituciones no científicas sino políticas que no han demostrado capacidad ni honestidad para el manejo del dinero público. Instamos a los científicos del país y a los simpatizantes de los programas educativos a manifestarse en contra de este nuevo despropósito de la clase política.
Instituto de Patología e Investigación