EBY: Imágenes contradictorias

El diario ABC del 21 de octubre de 2014 alude a una nota publicada en la República Argentina por el Jefe del Área de Obras y Proyectos de Yacyretá, señor Carlos Freaza, en que relata la intención de Argentina en las negociaciones del Anexo C del Tratado que presenta con el nombre de “Proyecto Más Yacyretá”. Además de lo expuesto en el citado matutino, la noticia publicada por Tiempo Argentino alude a una eventual solución al “diferendo histórico vinculado a la deuda que Paraguay mantiene con la Argentina para la construcción de Yacyretá, propiedad en partes iguales de ambas naciones, y por la que Asunción acumula intereses y punitorios con Buenos Aires. Paraguay pide la eliminación del registro de esa deuda. En un nivel más técnico, el país vecino reclama la realización de una serie de obras en su ribera antes de la conversión del Aña Cua en una central, más aún si se tiene en cuenta que la totalidad de la energía generada será consumida en la Argentina”.

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Lo transcripto es como un espejo en que la imagen percibida refleja la opinión de los argentinos sobre las negociaciones del Anexo C del Tratado de Yacyretá en curso.

En el Paraguay, el espejo en que el pueblo mira el tema refleja una imagen totalmente diferente que intenta contradecir la siempre hábil verba de nuestros vecinos. La prensa local dice al pueblo que el Paraguay no debe nada porque las contribuciones de los argentinos fueron aportes; que nos deben millones por resarcimiento del territorio inundado y compensaciones por cesión de energía no pagadas, o cuyos precios no cubrieron el valor real de la energía cedida al extremo de quedar en descubierto la mayor parte de la energía paraguaya utilizada por el mercado argentino, etc.

Ambas versiones son radicalmente contradictorias entre sí, por lo que ambos espejos proyectan imágenes diferentes.

Nuestra cancillería exterioriza la molestia que le ocasiona cualquier incursión en el tema, con lo que nos recuerda otros tiempos vividos por nuestra querida patria desde sus albores. Pareciera que a criterio de la cancillería paraguaya no conviene que el pueblo piense u opine. No obstante, parece imposible dejar de advertir a la opinión pública del Paraguay sobre aspectos reveladores de puntos jurídicos trascendentales que aparentemente han sido concedidos por los negociadores designados por nuestro gobierno, que a mi entender requieren una explicación urgente del canciller, quien podrá responder siempre y cuando las considere pertinentes.

Si ANDE es la única componente de Yacyretá, no el Paraguay (art 3.2 del Tratado) y la entidad binacional es “propiedad en partes iguales de ambas naciones”, ¿cómo se explica que los argentinos enseñan a su pueblo que el Paraguay o Asunción acumula intereses y punitorios con Buenos Aires?

¿Hay mala fe en la afirmación que pretende convertirnos en deudores de 18.000 millones de dólares o es pura ignorancia del señor Freaza que por lo visto no ha leído el Tratado?

¿Es cierto que el Paraguay pide la eliminación del registro de la deuda? ¿Podría explicar la Cancillería en qué términos expresan los representantes del Paraguay su discrepancia en lo que se vincula a la existencia de la deuda? ¿Cuáles son las obras que la delegación paraguaya reclama se construyan en la ribera del Paraná?

¿Cuándo cree la Cancillería posible y por qué vía puede lograr el Paraguay liberar su derecho al 50% de la energía que el Tratado le garantiza?

Si Paraguay da su consentimiento para la construcción de las obras adicionales mencionadas por el señor Freaza, la ampliación del número de turbinas en la presa existente, la conversión de Aña Cua en una presa independiente y la construcción de Corpus, ¿sería inevitable destinar al consumo de la Argentina toda la energía que se produzca, además de la que ya usufructúa en la presa existente?

El pueblo paraguayo acompaña los quebrantos y preocupaciones de sus representantes y ansía poder analizar las respuestas para prestarle su adhesión. En caso de sobrevenir críticas, no debieran ser vistas como un episodio injusto, sino como funcionamiento de una democracia que creemos tener y sabemos que los argentinos no pueden disfrutarla.

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