El “Día D” de los paraguayos

Hoy es el “Día D” en que los ciudadanos paraguayos elegiremos a las personas que durante los próximos cinco años tendrán la responsabilidad de dirigir, planear, gestionar y trabajar por la construcción de un país mejor, una sociedad más justa, más honesta, más democrática, con mayor equidad social. Es el día en que depositaremos nuestras esperanzas de que quienes vendrán a conducir el país lo hagan con espíritu de servicio, con altruismo, con honestidad, con el genuino interés de construir espacios donde cada uno de quienes habitamos el Paraguay podamos desarrollar nuestras potencialidades, nuestros sueños y esperanzas en un ambiente de libertad, de oportunidades justas e iguales para todos. En un ambiente de seguridad, de armonía y de respeto mutuo.

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Por supuesto que mucho de lo que estoy diciendo es un ideal que entra en el terreno de lo utópico. Al decir elegir, obviamente no es tal, porque estamos compelidos a optar por listas sábana donde mucha de la gente que es culpable de la situación de miseria moral y material que sufre nuestro país nuevamente subirán al carro del poder por otros cinco años.

Esto, no obstante, no significa que debamos resignarnos a la debacle total. Como nunca antes una movilización ciudadana puede cambiar decisiones, torcer voluntades, y evitar atropellos a sus derechos, pero para ello hace falta un factor clave: la conciencia ciudadana. Ese despertar para no tolerar la impunidad, no tolerar la corrupción y, fundamentalmente, que esa intolerancia a la corrupción y la impunidad se transforme en acciones, y no en meros lamentos.

Tenemos ejemplos de que cuando la movilización ciudadana se propone logra sus objetivos. Uno de ellos fue el aborto a la insana pretensión de violentar la Constitución Nacional para permitir la reelección presidencial por vía de la enmienda, aunque lamentablemente costó una joven vida.

Muchos de los que apoyaron esa intentona en contra de la República ahora están en las listas de candidatos y, lamentablemente, “entrarán” nuevamente a los espacios de poder. De ahí que llamar “elecciones” a la jornada electoral de este día resulta pretencioso. Con todo, no debemos renunciar a seguir trabajando por un país mejor, apostemos y elijamos a gente nueva, y desechemos a los averiados, a los escombros que impiden a este bendito país abandonar su condición de republiqueta capturada con unos cuantos piratas.

jaroa@abc.com.py

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