El gigante invencible

La Municipalidad de Asunción posteó en su página una info respecto a los árboles de mango. La misma se refiere a la “basura” que generarán con sus millones de frutos. La institución recomienda arrancar los mangos verdes y ponerlos en bolsas, llamar para que el camión pase a recoger. Parece un eufemismo para el “aborto” de frutas, encima dulces como la miel.

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Queremos creer que la municipalidad pretende, aunque sea superficialmente, dar una respuesta a un problema con hondas raíces. Lo más probable es que esta idea quede anotada en su libro de gestión, pero como no funcionó, echen tácitamente la culpa a la población por no colaborar.

Ahora bien, no se han hecho encuestas casa por casa, por lo menos en algunas zonas, para preguntar qué le parecería a la gente esta propuesta, sí o no, y por qué. Cada ocurrencia que tiene la “muni de Asu”. La gente no pondrá los mangos verdes en bolsas porque: 1) Es un trabajo extra, y para qué si después nomás puede tirar o enterrar; mejor esperar a que la gente se sirva del árbol; 2) porque existe, hasta en el ciudadano menos preparado, alguna intuición ecológica que le impide arrancar frutos verdes, de la misma manera que siembra o deja árboles –en este caso de mango– crecer salvajemente, y 3) No le importa en absoluto, no tiene acceso a internet, ni está enterado de lo que dice la municipalidad.

Solo son algunas de las simples razones por las que no funcionará este plan de la municipalidad.

La falta de planificación y control de parte de la actual y pasadas administraciones municipales, han convertido a los frutos del mango en una plaga o basura; cada año el pueblo se lamenta “qué desperdicio” “por qué la gente que tiene hambre no come mangos”, “somos ricos y no valoramos” etc.

Es verdad, somos ricos en recursos naturales, pero nos han hecho pobres en industria nacional. Las pequeñas empresas que producen dulces y mermeladas, no cubren ni la mitad de la mitad del total que se pierde. Mientras en otros países presentan comida, licores, cosmética hechos de la esencia de mango, en nuestro país la municipalidad pide que se arranquen las frutas verdes en un intento de frenar lo que no se trata a tiempo.

Por supuesto, no se trata solamente de mangos paraguayos, otros árboles también se han convertido en un problema. La última vez que llamé por un árbol sombrilla del vecino, en Gestión Ambiental me contestaron: “Ah, pero eso tenés que reclamar en época de poda, no ahora”. No me extrañó, sin embargo, el nivel de respuesta y preparación de sus expertos en el área.

Tenemos un problema gigante y no es el árbol, porque un árbol se planta o no, se poda o no, lo que es frondoso es la falta de soluciones. Porque si es que en la municipalidad hay arquitectos, ingenieros forestales, ecologistas, etc., no se nota. Presumimos ser una de las ciudades más verdes, pero es obra pura de la naturaleza a sus anchas, de nadie más.

Está de moda pedir “plantar un arbolito”, pero un mango requiere espacio, crecerá hercúleamente y dará montañas de frutas. Hay gente que planta mangos en las plazas y ahí quedan para multiplicarse, para que caigan sus frutos y se pudran sobre la tierra arenosa.

También para los árboles: mejor prevenir que matar.

lperalta@abc.com.py

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