El sistema está roto

La resistencia a la reforma de la educación superior es sospechosa. La sospecha empieza por la resistencia pasiva a que se haga un verdadero y profundo diagnóstico de la situación de la educación en este nivel. Pensar que se puede mejorar el subsistema de la educación superior con exhortaciones y suma de algunas buenas voluntades (que también las hay) es una simpleza increíble en niveles que presuntamente están dirigidos por académicos expertos e intelectuales.

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Que la educación superior está muy mal, nadie puede negarlo, es una opinión generalizada. Que algunas facultades de algunas universidades o que algún instituto superior o instituto de formación docente o técnico profesional de tercer nivel esté bien, no es argumento para negar el escandaloso estado general de la educación superior.

Resulta significativo que algunos rectores de universidades y directores de institutos superiores critiquen sin análisis, con datos parciales a la educación escolar, mientras en la educación superior desde febrero de 1989 nadie ha movido un dedo para exigirse y exigirle a la educación superior que inicien su necesaria y urgente reforma.

Algunas instituciones han iniciado por su cuenta ciertos ajustes de innovación y actualización de los currículos por competencias. Algo es algo, Pero lamentablemente es como gota en el mar, sobre todo cuando al mismo tiempo se multiplican diversas formas de corrupción en instituciones privadas y en universidades del Estado.

Mientras la educación superior no se reforme, el sistema educativo y el conjunto del sistema nacional están rotos.

La ley llama sistema educativo nacional “al conjunto de niveles y modalidades educativos interrelacionados, desarrollados por la comunidad educativa y regulado por el Estado” (art. 11 inciso b) Ley General de Educación, 1264/98).

Ya sabemos que en un sistema, la situación de una parte del sistema afecta a todo el sistema. Y afecta más si se trata de la parte definitiva de todo el sistema educativo nacional. Puede ser más importante la educación escolar, pero la que finalmente define al sistema y su aspiración última en la sociedad es la educación superior, de donde se nutre la sociedad para las profesiones, trabajos, quehaceres culturales, económicos, sociales, políticos, morales y para sus grandes proyectos de futuro y realización de sus sueños.

De la educación superior surgen los educadores de todos los niveles. Cuando la educación superior está enferma, gravemente enferma de corrupción, contamina a todos los demás sectores de la sociedad.

¿Qué hacen el Consejo de Rectores de universidades y el Consejo de Directores de Institutos Superiores para luchar contra la corrupción? ¿Cuál es su proyecto? ¿Cuál es su plan de reforma para acabar con los piratas del sistema educativo superior, que se han apoderado de instituciones para regalar títulos académicos a cambio de cuotas? ¿Hasta cuándo vamos a ser el país corrupto que recibe extranjeros hasta de Angola, además de Brasil y Bolivia para regalar títulos académicos de posgrado?

No solo estamos afectando a nuestro propio sistema educativo nacional, a nuestro sistema nacional de profesionales, a nuestra economía, a nuestras relaciones internacionales, estamos afectando al sistema profesional de esos países de los que nos vienen estudiantes a recibir títulos académicos de posgrados producto de una estafa internacional.

El Consejo Nacional de Educación Superior (Cones) no puede seguir trabajando así. Es una injuria a los consejeros que el Estado, los poderes Ejecutivo y Legislativo le exijan por ley cantidad impresionante de deberes y haya pasado todo un año (2014) sin recibir un solo guaraní para hacer su trabajo. Es injusto y escandaloso.

A pesar de eso e incluso sin local, con colaboración del MEC, se ha trabajado incansablemente. Pero por falta de recursos y por responder rápidamente a las urgencias pasó un año sin hacer su plan estratégico, su plan operativo de actividades, su organización estable de comisiones, etc.

La profunda crisis de la educación superior, que tiene raíces hasta en el Poder Legislativo, tiene roto el sistema educativo nacional y está contribuyendo al empobrecimiento del sistema escolar y al empobrecimiento profesional, por tanto, laboral, económico y moral, de nuestro país. No hay tiempo que perder. Es urgente y debe hacerse con firmeza y cooperación de todos la reforma de la educación superior, porque ha roto el sistema profesional y el sistema educativo nacional.

jmontero@conexion.com.py

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