Esplendor de cien años atrás

“Asunción posee bellísimos paseos. El Jardín Botánico, que ocupa 670 hectáreas, puede enorgullecer a cualquier capital, por la belleza de sus panoramas y la variedad de su vegetación. El Parque Caballero, que se extiende dentro de la ciudad misma, es otro hermoso paseo muy frecuentado por las familias. La Plaza Uruguaya, que ocupa cuatro manzanas, la Plaza de Armas, la Plaza del Congreso, la Plaza Independencia y la Plaza Santo Domingo (actual Plaza Italia), constituyen otros tantos sitios de recreo que halagan la vista con el espectáculo de sus jardines o la pujanza de su vegetación arbórea”.

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Esto lo escribieron J. Natalicio González y Pablo M. Ynsfrán en el álbum “El Paraguay Contemporáneo”, en 1929.

Años antes, Manuel W. Chaves, en su libro “El Paraguay Ilustrado”, editado en 1920, dijo del intendente que era un “caballero culto y laborioso, el ingeniero señor Mernes (Albino), empeñado de lleno en la labor que importa su cargo” y que “la renovación del viejo afirmado de piedra de nuestras calles, comprende uno de los primeros puntos del programa trazado”.

Luego cita entre las obras comenzadas con éxito, la arborización de las calles, que cambiará rápidamente el aspecto de la capital. Para esto –menciona– se ha ensayado la plantación de hovenia dulcis en la calle Luis A. de Herrera. “Sin embargo, existe un viejo deseo propiciado por toda la prensa: la adopción del naranjo, para la arborización de las calles. Y en efecto, nada mejor que convertir la ciudad en un jardín de las Hespérides que sintetizaría el lado típico de esta tierra y de su flora, aromando de azahares el ambiente y hermoseando el conjunto de sus capas redondeadas y elegantes de lustroso verde oscuro (...)”.

Han pasado casi cien años. El Jardín Botánico ha sido desmembrado a lo largo de décadas y la superficie actual es de 250 hectáreas, menos de la mitad que tenía originalmente. El Parque Caballero pide auxilio para seguir existiendo y ninguna familia que tenga juicio lo visita. Salvo las plazas Uruguaya e Italia, las demás están derruidas como si hubieran sido bombardeadas tras el paso de los damnificados.

En cuanto a las calles vemos con optimismo que el puente de Artigas se acaba de rehabilitar en tiempo récord; que se está recapando el corredor Azara-Gral. Díaz y Tte. Fariña-Manduvirá. En Colón el cambio de la carpeta de rodadura es insuficiente aún.

Jóvenes naranjos perfuman la calle Montevideo, pero tratan de sobrevivir en la Costanera. En tanto, los lapachos sufren una poda inmisericorde que los convierte en espectros.

Se espera que los trabajos continúen y el intendente Mario Ferreiro siga trabajando sin pensar en futuras elecciones, sino en la ciudadanía.

Como no hay mal que dure cien años, Asunción debe salir a flote y recuperar su pasado de esplendor.

De nosotros también depende.

pgomez@abc.com.py

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