Faz obras

Leí que el gobierno de Cartes tiene previsto realizar llamados a licitación de obras por un valor total de 4.300 millones de dólares por lo que resta del mandato presidencial, es decir hasta el año 2018. La información fue dada por el propio ministro de Obras Públicas, de manera que no se puede dudar de su veracidad.

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Hay un viejo chiste brasileño que dice que el presidente se reúne con un ministro y este aprovecha la oportunidad para plantear al jefe que su remuneración no es suficiente para la dedicación que exige el cargo. El presidente le responde en un tono que suena a “no seas tonto”: “faz obras” (haga obras).

Hasta el gobierno de Lugo se decía que en el país había capacidad de las empresas vialeras para construir solo por un total de 400.000 millones de dólares al año. A eso habría que añadir que durante décadas la “patria vialera” hacía lo imposible para evitar que empresas extranjeras fueran adjudicadas con obras nacionales.

De 2008 a 2016 esa capacidad por lo visto se multiplicó y ahora tenemos fondos de sobra, aunque tal vez no toda la capacidad para construir con recursos nacionales. De cualquier manera esa es una cuestión del MOPC y de los organismos de control.

Con semejante cantidad de dinero para construir, tendríamos que poner especial cuidado de que aquí no suceda lo que pasó en Brasil, donde las principales empresas constructoras formaron una especie de cártel para captar los fondos públicos y distribuir los “premios” a las autoridades a través de lavaderos de autos.

Lo del “mensalão”, pago a los parlamentarios para votar a favor de los proyectos del Ejecutivo, ya es harto conocido aquí. No es ninguna novedad que para tener voto favorable, es necesario “invertir” en la compra de votos con fueros. Este fato se descubrió y se desarmó en Brasil, y resultado de la acción de la justicia, varios peces gordos del partido oficialista fueron a la cárcel.

No digo que aquí no se soborne con dinero sucio de la patria vialera, pero creo que no llegamos aún a los niveles descubiertos en el Brasil, tal vez porque era muy poco lo que se tenía para invertir. Bastaba con tener aceitado a unos cuantos funcionarios clave y mantener callados a ciertos políticos.

¡Pero ahora que se anuncian obras por más de 4.000 millones de dólares! Che Dio lo que puede llegar a suceder con ese dinero. Tal vez se pueda ilustrar con otro chiste brasileño: un ministro se jacta de las obras realizadas, a sabiendas de que todos saben que a mayor cantidad de obras equivale mayor cantidad de coimas. Cita edificios, puentes, viaductos, etc. entonces el anfitrión lo invita a subir a la terraza para que vea su obra. Llegan al último piso y le dice –¿ve esa autopista de ocho carriles totalmente iluminada de allá abajo? – ¡Ahí no hay absolutamente nada!, exclama el coimero. –Bueno, esa obra la hice yo, responde orgulloso el otro ministro. Que tengan un buen luneró.

ebritez@abc.com.py

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