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Paradójicamente desde que está en vigencia esta normativa (1993), FF.AA. ha sido una de las instituciones más manoseadas políticamente hablando (asignación de altos mandos sin tener en cuenta el principio de la meritocracia, sino la caprichocracia).
Puesto a darse de justiciero, Mario Abdo Benítez, en su carácter de Comandante en Jefe de las FF.AA., repuso en el cargo al Valte. Carlos Velázquez, hermano del vicepresidente Hugo Velázquez.
Recordemos que el militar había pedido su pase a retiro en agosto del año pasado alegando “motivos particulares”, pero en realidad Velázquez se fue molesto por la decisión del expresidente Horacio Cartes de asignar al Valte. Paulo María Gómez en la comandancia de la Armada, un oficial de la misma promoción (1985) de Velázquez en vez de él.
Abdo Benítez llama “una reparación” a lo que simple y llanamente conocemos como un manoseo político.
Con esta lógica, el Comandante debería reponer en el cargo a una extensa lista de afectados desde el mismo año de entrada en vigencia de la Ley 216.
Si Abdo Benítez quiere reparar el daño hecho por otros gobiernos debería empezar por efectivamente dar una solución al sector de la salud y la educación del país.
Hay enfermos sin medicamentos y niños sin escuelas que son mucho más importantes que consolar a quien se quedó sin el bastón de mando de un arma en la milicia.
Si se quiere concentrar en la gestión de quienes están en las FF.AA. debería prestar atención en tal caso de reformular la Ley 216 en diferentes aspectos.
El primordial, lo referido a la forma de nombramiento de los comandantes de las principales fuerzas en la que genuinamente impere el principio de los méritos y no el color de la bandera partidaria que profesen los familiares del candidato.
También el de avanzar en la profesionalización de las FF.AA. para que sea una verdadera herramienta que aporte al desarrollo de la sociedad paraguaya.
Actualmente, así como existen cosas cuestionables dentro de los cuarteles, también hay iniciativas interesantes de capacitación en las que también se involucran a personas no militares. Estos ejemplos deberían ser replicados y fortalecidos.
Decía Horacio Galeano Perrone, analista en temas castrenses, que Cartes degradó totalmente a las FF.AA.
Abdo Benítez parece seguir el mismo camino a juzgar por su última movida que ha generado malestar en algunos sectores castrenses pues, finalmente, las cosas no dependen de la capacidad o el respeto genuino a las jerarquías y antigüedades sino de meros caprichos políticos que se cumplen a costa de lo que sea.
mescurra@abc.com.py