¡Furusawa, por favor no vuelvas a Paraguay!

Mr. Mitsuhiro Furusawa, el mágico del FMI, se ha dado una gira de lujo por nuestro país proponiendo las mismas viejas, fracasadas y fraudulentas recetas keynesianas del FMI, las mismas recetas que en el Paraguay se han aplicado al pie de la letra por décadas. La gran propuesta de Furusawa fue “mantener el actual manejo de la economía” (¡el estatus quo!), que es el más puro reflejo de nuestro subdesarrollo como país. Asimismo, este personaje no se limitó únicamente a aconsejarnos seguir en el camino del subdesarrollo, sino que además sugirió perpetuarnos en el mismo (¡como era de esperarse!), proponiendo más endeudamiento, más impuestos y más gasto público, lo que en Paraguay significa más estatismo, más burocracia y más corrupción.

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Para poder entender estas fraudulentas recetas del FMI es importante analizar quiénes son estos burócratas y bajo qué esquema operan. En su mayoría, los representantes de las multilaterales (FMI, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, etc.) son personas que despliegan altos logros en el mundo académico, muchos de ellos con más de un doctorado. Pero estos intelectualoides disfrazados de ejecutivos por lo general nunca han sido exitosos en el sector privado, puesto que sería casi inaudito que un economista o un intelectual pueda enseñarle a un hombre de negocios cómo generar riquezas (un talento que no se estudia). Entonces, uno se pregunta cómo estos burócratas logran vivir una vida fastuosa, viajando en primera clase de país en país y hospedados en los hoteles más lujosos posibles. ¡Sencillo! Con el dinero recaudado de los impuestos de los ciudadanos de los países más ricos del mundo en mayor proporción y de los menos desarrollados en menor proporción.

El objetivo general de estos “burócratas internacionales” es buscar otros burócratas que estén dispuestos a endeudar a sus países e impulsar al máximo un sistema intervencionista en la economía, todo bajo los famosos programas de “reactivación económica” o “un plan anticrisis”.

Por lo general, los “burócratas internacionales” encuentran gran similitud ideológica con los asesores económicos de presidentes, directores de bancos centrales, ministros de economía y hacienda, los cuales por lo general son invitados (todos los gastos pagos) a Washington a dar conferencias, y muchas veces hasta son galardonados por la “buena ejecución de las nefastas recetas del FMI”, y hasta terminan trabajando para el FMI una vez finalizada su gestión. Paraguay tiene también su lista de galardonados por el FMI, BM y BID; todos ellos no han hecho nada mejor que ENDEUDAR al PAÍS al máximo, recibiendo grandes sumas de capital en forma de créditos blandos o emitiendo bonos soberanos por cientos de millones de dólares para que estos sean mal gastados o simplemente no sean utilizados por meses y hasta años, generando altos intereses que aumentan la deuda externa. Todo esto en total detrimento y a costa del esfuerzo y el trabajo de los ciudadanos que tendrán que costear estas deudas con sus impuestos. Este es el modus operandi del estatismo y la burocracia internacional. Los “créditos blandos” (ayuda externa) del FMI, BID y BM fueron, son y serán siempre para países con estructuras económicas estatistas, burocráticas y corruptas (países subdesarrollados); es ilógico que países desarrollados o en vía de desarrollo tomen siquiera en consideración una receta del FMI. Estos créditos blandos sirven exclusivamente para preservar esa estructura arcaica (empresas y monopolios estatales). En la historia toda la ayuda externa a los países pobres ha fracasado irremediablemente. Estos créditos de desarrollo, junto con las recetas estatistas e intervencionistas del FMI, no solo fracasaron en impulsar el crecimiento económico sino que increíblemente fueron la principal causa del estancamiento de naciones como Paraguay. En nuestro país el Estado siempre ha mal gastado, derrochado y malversado los recursos económicos, sin generar una sola reforma necesaria para que sus ciudadanos puedan crecer y prosperar. Es fácil para los burócratas convencer a otros burócratas de endeudar al país.

Para estos intelectualoides keynesianos el desempleo se elimina simplemente aumentando el gasto público, incluso a expensas del déficit y la inflación. Es así que los gobiernos estatistas como el de Paraguay pretenden controlar la actividad económica y el empleo, a través del gasto publico, el endeudamiento, la carga impositiva y las tasas de interés. Los políticos no han aprendido nada de la historia. Aún hoy no entienden que el desarrollo económico surge del ahorro y las inversiones privadas que fluyen a los países de economía libre y no de los créditos de ayuda externa del FMI, BID y BM. En la región Chile, Perú y Colombia (los más desarrollados por lejos) son los países que menos ayuda externa tuvieron pero que más reformas exitosas realizaron (desmonopolización, privatizaciones, austeridad estatal y apertura de mercado). Quizás lo mejor que le pasó al Paraguay en los últimos días fue la partida de Furusawa y su equipo de burócratas internacionales del FMI, y ojalá no vuelvan en mucho tiempo.

ncristaldo@abc.com.py

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