Futuro incierto

El comercio fronterizo atraviesa uno de los peores momentos. Primero fue la crisis política de Brasil que repercutió en la economía brasileña y por efecto rebote puso en serias dificultades al sector comercial de ciudades paraguayas fronterizas: Pedro Juan Caballero, Salto del Guairá y Ciudad del Este. Por varias semanas, en la capital de Amambay lo único que se veía eran calles y comercios vacíos, que de inmediato produjeron cierre de pequeños y medianos locales, y cientos de desempleados.

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Cuando todo parecía que se vislumbraba una mejoría substancial en la economía brasileña y cuando nuevamente compradores brasileños llenaban las calles y comercios para el alivio de los comerciantes, aparece una nueva amenaza, quizás mucho peor. Se trata de la inminente habilitación de las tiendas libres de impuestos en el lado brasileño, más conocido como los free shops (tienda libre de impuestos) apunta a matar el comercio de frontera.

Para los comerciantes paraguayos les resulta imposible poder competir con sus pares del vecino país, considerando los incentivos económicos que las autoridades brasileñas darán a los free shops que funcionarán en todas las ciudades del Brasil que tienen frontera con otros países.

Con un impuesto de apenas 6% a los productos importados y 3% a los productos nacionales, los free shops acapararán los compradores que llegan desde las grandes ciudades brasileñas para realizar sus compras en la frontera.

Los turistas y “sacoleiros” ni siquiera tendrán la necesidad de cruzar hacia Paraguay, donde se exponen a un sinfín de coimas a policías, agentes de tránsito y aduaneros que de por sí los desalienta. Podrán adquirir los mismos productos que se venden en comercios paraguayos a un precio mucho menor.

Es cuestión de que en Brasil ajusten algunos detalles a la ley de free shops para que en los próximos meses entre a regir. Mientras, en el lado paraguayo los comerciantes están cansados de buscar apoyo de las autoridades nacionales para la implementación de algún plan para contrarrestar los efectos de la legislación brasileña.

Lo único que consiguieron hasta ahora son vagas promesas de que estarán estudiando medidas a implementar para dar una mano a los comerciantes para competir con las mismas posibilidades con los brasileños. Tanta es que ante la pasividad demostrada por las autoridades del actual gobierno que muchos comerciantes ya están buscando socios brasileños para instalarse del otro lado de la frontera para poder sobrevivir a lo que se viene.

Esto es muy bien visto por los comerciantes brasileños, ya que podrán contar con la experiencia de los comerciantes paraguayos que por décadas están en el ramo de ventas de importados y de atención a turistas. Si se cumple el plan, repercutiría en la economía pedrojuanina con pérdidas de cientos puestos de trabajo.

Similares leyes especiales para la venta de productos a los turistas, la propuesta en Brasil, ya funcionan en Argentina y Uruguay desde hace años. Paraguay no puede quedar atrás.

Sin embargo, mientras las autoridades gubernamentales de los países vecinos están incentivando a sus comerciantes con leyes que permiten menor carga tributaria, en nuestro país están inmersos en “otra cosa”.

No le dan la debida atención a las necesidades de un departamento cuya población convive con la inseguridad, el narcotráfico y el crimen organizado.

Y no hay que olvidar que en el Amambay están ubicadas las más extensas plantaciones de marihuana, operan poderosas mafias organizadas y cientos de miembros de temidos grupos criminales como el PCC y el Comando Vermelho, que están en la expectativa de “absorber esa mano de obra” que quedaría vacante en cuestión de meses. Es lo que resultará de la inutilidad nuestras autoridades nacionales, que demuestran en cada periodo de gobierno de cinco años que son incapaces de generar leyes, proyectos, programas y de realizar obras que impacten positivamente en la población fronteriza.

candido@abc.com.py

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