¿Hay algo más maravilloso que elegir amar?

Somos seres espirituales por excelencia. Pensamos, sentimos, amamos y también demostramos emociones negativas. La filosofía dice que nuestro fin supremo es lograr la felicidad y la condición esencial es conocer y vivir el amor.

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Del amor hablan los músicos, poetas, sicólogos, sociólogos y educadores. En realidad todo el mundo habla y escribe sobre el amor; pero no siempre llevamos a la práctica todas las cosas que escuchamos, leemos y nos aconsejan sobre ese tema. La carne es débil y en vez de trabajar todos los días en mejorar como personas dulces y amorosas, nos supera la debilidad y sacamos los peores defectos que llevamos adentro.

Sin embargo, nada es más maravilloso que elegir amar. Siempre elegimos ser amados, aceptados y admirados. No pensamos que la otra persona espera lo mismo. Y en el ir y venir, se producen los desencuentros, los malentendidos y las rupturas. Hoy día, se ven muchas separaciones de parejas: muchos novios que terminan sus relaciones, sin poder concretar algo serio, profundo y duradero. Ni hablar de las violencias intrafamiliares, los maltratos físicos, síquicos y emocionales a los hijos, esposos y abuelitos. ¿Por qué pasa esto? Sencillamente porque los miembros de la familia no se ejercitan en el amor. No practican la tolerancia, la calma, el perdón, la paciencia, la solidaridad, el respeto y la humildad.

“Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Donde haya odio, ponga yo amor”, dice San Francisco de Asís. Quién mejor que este gran santo, protector de los animales; que llamaba hermano al sol, y hermana a la luna, para que nos hable de armonía, dulzura y humildad. San Francisco es el vivo ejemplo de todas las virtudes que puede poseer y dar un ser de espíritu y de luz.

La ira, el egoísmo, la envidia, el rencor y la mentira conspiran contra el amor. Amar es dejar atrás el pasado; las memorias de traumas, complejos y dolores. Por eso, las personas que tienen enorme capacidad de amar son siempre sanas mentalmente y desarrollan sus potencialidades emocionales. Incluso, en los libros del “Kamasutra”, hablan los sabios del arte de amar según las costumbres antiguas en la India. No solo se refieren a la parte física o sexual, sino consideran que demasiadas son las virtudes que debe tener la pareja para triunfar en el amor. Son 64 artes que hay que dominar. En esto, entra la habilidad de cocinar, lavar, planchar, hacer deportes y tantas cosas más. Sería interesante desempolvar esos libros milenarios para aprender sobre el amor.

La mayoría piensa que el amor es solo lo que se ve: lo exterior o lo sexual. Las chicas, al cumplir los quince años, piden a sus padres cirugías para tener senos o colas perfectos. Creen que solo así lograrán atraer al sexo opuesto. Nada más lejos de la verdad. A medida que hay, más cirugías y cuerpos perfectos, abundan las peleas, los celos, y las separaciones.

Somos seres iluminados y perfectos. Somos el mayor poder que Dios ha creado a su imagen y semejanza. Vinimos a este mundo para ser felices y permitir que otros también sean felices. Vinimos para amar y ser amados. Podemos crear nuestras propias historias dichosas o dolorosas. Podemos ser los protagonistas reales de las películas de nuestras existencias. Las gracias divinas las llevamos dentro y solo falta sacar afuera los dones que el Supremo Hacedor nos ha regalado, para dar, recibir y compartir.

La vida es muy breve y no vale la pena gastar energías en odios, indiferencias o rencores. Las emociones negativas lastiman y producen enfermedades. Sin embargo, el amor y el perdón tienen efectos sanadores en el cuerpo, la mente y el espíritu. Cualquiera que se ponga a reflexionar en la calma, la paz y el silencio, puede conectarse con su espíritu y descubrir que nada es más maravilloso que elegir amar.

blila.gayoso@hotmail.com

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