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Mendoza desea firmar un contrato leonino con la empresa ganadora del concurso, que según sospechas sería de su propiedad. El acuerdo será por 10 años y, en caso de que la Comuna busque rescindir el compromiso antes del plazo, deberá pagar la suma de G. 1.000 millones.
Es decir, con este contrato la empresa se puede dar el lujo de no cumplir a cabalidad con el servicio y buscar desde un principio la rescisión del contrato llevándose el millonario monto proveniente de los contribuyentes.
El intendente también intentó establecer en el contrato la entrega gratuita de los camiones recolectores de la Municipalidad a la empresa ganadora para su uso, además de asumir el compromiso de responder por los usuarios morosos. Estas absurdas pretensiones, por suerte, fueron cuestionadas por la Junta Municipal y rectificadas por el ejecutivo municipal.
El deseo por tercerizar un servicio tan sensible y los grandes beneficios nos hacen pensar que la empresa a ser contratada será del entorno del intendente Mendoza. Es decir, la licitación encarada por la Municipalidad para la recolección de la basura ya huele a podrido.
La Junta Municipal no debe de permitir semejante atropello de parte del jefe comunal y sus incondicionales. Entre los leales en la corporación legislativa local están Lourdes Espínola, Lina Coronel, Idalino Mendoza, Edgar Arias y Víctor de la Cruz, todos correligionarios suyos.
Mendoza, aun sin contar con una mayoría absoluta (8 concejales), siempre consigue que igualmente los proyectos poco claros sean concretados. Esta situación hace que la Municipalidad se maneje como un verdadero negocio familiar.
Evidentemente ahora el negocio de la basura es muy rentable y codiciado por muchos.
hruizdiaz@abc.com.py