¡Hule!

El año 2013 fue inolvidable en Paraguay.

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Ese año la prensa destapó el caso de la niñera de oro de Víctor Bogado; ese año, la Fiscalía pidió el desafuero del senador, y ese año por un voto de diferencia se salvó inicialmente del desafuero el 14 de noviembre.

Nadie estaba preparado para lo que después ocurrió. Lo que empezó como una airada reacción ciudadana en redes se consumó 24 horas después en una primera protesta. La caravana del #15NPY con autos, motos, gente a pie, llegó a ser estimada en más de 3 kilómetros. El diario El País de España reportó:

“Al día siguiente de esa votación, unos 3.000 paraguayos se concentraron frente al Congreso en una manifestación organizada por las redes sociales bajo el lema del #15NPY, el 15 de noviembre paraguayo. Los participantes portaban rollos de papel higiénico, como símbolo de que querían limpiar el excremento de los políticos.

“Dipuchorros”, gritaban unos. Chorros es una manera de llamar a los ladrones en Paraguay y Argentina. “Senarratas”, escribían otros en carteles. “Víctor Bogado, devuelve lo robado”, cantaban mientras esparcían por las calles el papel higiénico. Jubilados, madres de familia y jóvenes estudiantes participaron de la primera marcha y algunos de ellos recordaban que desde tiempos de la dictadura –cuando la población comenzó a manifestarse contra Stroessner –, no se movilizaba tanta gente”.

La reacción ciudadana movió los cimientos del Congreso: Decenas de locales negaron la entrada a “los 23” y fueron varios los expulsados de locales públicos... como el propio González Daher desalojado de una pizzería. Sastrerías, peluquerías, restaurantes, sanatorios, bancos, agencias de viajes, shoppings, heladerías, gimnasios, bares y hasta cines se embanderaron con los reclamos.

Tras varias protestas públicas, el 28 de noviembre los senadores tuvieron que torcer su postura inicial: Decidieron por mayoría el desafuero de Víctor Bogado; era eso o vivir escrachados diariamente sin poder salir ni un paso.

Pasaron cuatro años y hoy día ya no se trata del desafuero de un senador porque puso a sueldo del Estado a una niñera sino de la podredumbre de nuestra justicia, de la confirmación de las peores sospechas de tráfico de influencia, presiones, dinero, poder. “Todos jugamos con el poder mientras estamos. Después nos vamos a la puta y hule otra vez estamos” dice en uno de los audios el secretario del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.

La situación es mucho más grave que en el 2013. Trata de la justicia a la que todos nosotros tenemos derecho ya sea con abogados, escribanos, fiscales, jueces, camaristas o ministros de la Corte. Trata de quienes trafican influencias a cambio de dinero para firmar, para hablar, para defender, para torcer, para imputar, para procesar, para dejar un delito sin castigo. “Este aguantadero ya no daba más”, me dijo un profesional y se equivocó.

Aún no está todo perdido... Siempre hay más para perder.

mabel@abc.com.py

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