La basura reciclada

Suele verse con frecuencia un barrido de la vereda a cargo de la empleada doméstica o también puede quedar por cuenta exclusiva de su patrona. Lo que sí ocurre es que la escoba se mueve y la basura es depositada sobre la vía pública, eso equivale a colocar lo barrido sobre el empedrado o el asfaltado de la calle. Algún aguacero, en alianza con el raudal, hará desaparecer completamente la basura de la vista del frentista.

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Algunas calles de las ciudades del Paraguay cuentan, esporádicamente, con el servicio de la limpieza de las calles a cargo de los barrenderos municipales. Esa basura depositada por “la muchacha” de la casa es nuevamente removida con la escoba de los limpiadores municipales. Con suerte, será situada en una carretilla y a partir de ahí la basura ya corre con un paradero desconocido. Lo más probable es que se vuelva a depositar a la vuelta de la esquina para que el viento o los canes la depositen en la vereda para reiniciarse el reciclado de la basura callejera con el fin de mantener bien sucia a las ciudades y consolidar la reproducción de las alimañas. 

La capital del Paraguay es el emporio del combo de irresponsabilidad e inconsciencia de la gente, su déficit educativo, el mal manejo hogareño de los desperdicios y el deficiente servicio de la recolección de la basura, así como los bichos y los baches que causan los buches que están y estuvieron al frente del municipio. A los 257 municipios que hoy tiene el Paraguay este drama va calcado. 

Y hablando de alimañas, no solo en la calle proliferan los bichos, los baches y los buches, también en muchas oficinas estatales pululan los indeseables como varios políticos partidarios que comienzan con un movimiento y luego se inclinan hacia donde sopla el viento y cuando deja de soplar ese confortable y zoquetero viento van a otro movimiento. Y hablando de movimiento veo que significa: “estado de un cuerpo cuya posición cambia continuamente respecto a un punto fijo”. Entiendo que el vocablo “movimiento” en el Paraguay viene del “movi” de moverse y el “miento” de mentir. En una palabra, movimiento equivale a la gente partidaria mugrienta que se mueve de carpa en carpa para seguir mintiendo. Tiene más lógica y justificación.

Entre la basura reciclada tenemos a la gente stronista que nunca se fue a la llanura ni con Lugo ni con Federico. El mismo fútbol tuvo y tiene una caterva de basura reciclada a través de sus dirigentes que ya nada ni nadie quiere saber de ellos. Lo mismo puede decirse de los dirigentes campesinos e indígenas que solo chupan tajadas en nombre de sus conciudadanos ahogados en la pobreza extrema. Y hasta parlamentarios e infieles con sotanas que acicatean en pro de las tenebrosas invasiones para generar zozobras en el campo y a la producción que sitúa al Paraguay en sitios preponderantes. Está además la chatarra que sabe muy bien el dinero que deja la exportación agrícola y ganadera y toda la cadena que deja pero que su populismo le obliga expresar todo lo contrario de lo que sabe muy bien que eso no es así. Es como ese que está muy en contra de los “genes modificados” en su discurso, pero muy fanático hogareño en consumir un repollo rojo, un mango sin fibras, un arroz más rico y blando, una sandía y limón sin semillas, una doble hamburguesa, un jugo o queso de soja o un bife a caballo empujado con un excelente tinto de cepa genéticamente mejorada. 

La chatarra reciclada se palpa al subir nomás a un bus de pasajeros, en los pollitos entregados por el MAG, en el servicio militar obligatorio y en los políticos partidarios que se abrazan después de asquearse mutuamente. Es la basura que venimos reciclando desde que el Paraguay trata de ser un país...

caio.scavone@abc.com.py

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