Las elecciones que dibujan el porvenir

Cuando faltan apenas tres semanas para las elecciones municipales, el presidente Horacio Cartes decidió tomar las riendas de la campaña colorada para intentar generar cierta certidumbre. Los comicios están muy cerca; deberían ser tiempos de seguridades, pero todo parece demasiado difuso, muy abierto. Las encuestas anuncian victorias demasiado ajustadas en territorios donde el margen debería ser mucho más alto.

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En su círculo íntimo, Cartes lamenta la falta de entusiasmo; pero sobre todo la interna dirigencial que no termina de irse. Para tratar de remediar la situación decidió armar reuniones con referentes de cada departamento. Definir, individualizar quiénes realmente son los que están para trabajar por el Partido Colorado. Ver a cada uno para distribuir culpas por lo poco que se hizo hasta ahora, acordar responsabilidades y generar compromisos. Sumarlos, o no, al proyecto del renovado Partido Colorado que se empezó a diseñar con su llegada a la presidencia de la República.

Las reuniones van bien encaminadas. Con el pleno respaldo de gobernadores y diputados departamentales, los operadores se sienten arropados, convencidos de que existe la unidad que permitirá buenos resultados.

Las luces de alarma se encendieron en la contienda electoral en Asunción. Cuando faltan 15 días para las elecciones, los colorados manejan números que les son favorables, pero las diferencias no son las que deberían ser. Las previsiones daban márgenes mucho más amplios para la candidatura colorada, pero eso no se reflejaba en las mediciones. Estaba claro que no toda la maquinaria colorada se estaba moviendo. Algunos o varios no estaban trabajando.

Esa situación adelantó para mitad de semana la reunión del Jefe de Estado con los líderes de Asunción. En un breve e incómodo encuentro el Mandatario les dio un sacudón y les advirtió que ganar las elecciones en un terreno que siempre fue hostil para el Partido Colorado exigía salir a las calles, encontrarse con la gente y sobre todo mostrar lo que se hizo hasta ahora. Exigió que empiecen a trabajar en serio para tener una victoria sin discusión.

En el frente opositor la situación es mucho más complicada. En los últimos días denunciaron que el Ejecutivo les negó los 17 mil millones de guaraníes de subsidio que iban a estar destinados para financiar el ultimo tramo de campaña. Ese dinero es esencial para el día de las elecciones donde se deben cubrir los costos de los representantes en las mesas además de la logística de la movilización.

Los opositores aseguran que esta es una clara forma de limitar las posibilidades de un triunfo opositor. Desde el Gobierno, el ministro de Hacienda recuerda que entregaron 60 mil millones de guaraníes en el año y que no hay más recursos disponibles.

Esa escasez de recursos da una ventaja importante a los colorados, pero no necesariamente le asegura una victoria plena en todo el país. En la ANR un sector importante de la dirigencia que fue excluida de los negocios con el Estado opera con la oposición. Saben que es necesario seguir debilitando a esta administración para tener un futuro político e impedir que la nueva casta de beneficiados que está siendo creada por el Ejecutivo los desplace en el 2018. Hoy ese grupo y no necesariamente la oposición es el peor enemigo.

Cartes sabe que esta elección municipal es esencial para consolidar su modelo de administración. Cerrar los canales del dinero para la dirigencia en la administración pública y obligarles a recurrir a él para obtener recursos fue un paso fundamental, pero en el largo plazo es insostenible si no logra consolidar un equipo político propio. Sin resultados contundentes en las municipales, el modelo puede empezar a temblar.

ogomez@abc.com.py

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