Llora el teléfono

La tarde del 28 de abril de 2008 una confesión radial del actual diputado colorado Magdaleno Silva me dejó helada: “El narcotráfico financió a la lista 7 de Lilian Samaniego, y yo en ese momento estaba con la lista 2. Nicanor era candidato a la Junta de Gobierno”. ¿Qué hizo que Magdaleno terminara en una revelación de ese tipo? Lo habían espiado telefónicamente y grabado; se lo escuchaba pedir protección para narcos de la zona a un comisario de Yby Yaú.

Cargando...

Esa escucha nunca apareció en las actas fiscales.

Este caso y varios otros más vinieron a mi mente cuando el senador Rogelio Benítez repitió el mismo temor. Y no es que no le crea; al contrario, le creo porque varios de sus correligionarios son los responsables históricos de preparar este brebaje que probablemente hoy ellos mismos estén bebiendo.

Todos y cada uno de los casos que se hicieron públicos sobre espionaje telefónico en el Paraguay involucraron a autoridades y políticos de la ANR. En el 2007, año en que Benítez fue también ministro, me tocó investigar varios casos que fueron filtrados a la prensa, algunos en testimonios y otros al entregar a radios y canales el producto de varias de esas escuchas. Varios presidentes confirmaron que sus teléfonos fueron “pinchados”: desde Andrés Rodríguez pasando por Wasmosy, Raúl Cubas Grau hasta llegar al propio Lugo.

Cuando cayó la dictadura en el 89 nos quedamos perplejos cuando un juez ingresó a la entonces Antelco y encontró un gran equipo que se usaba para escuchas telefónicas. Muchos aseguran que un equipo Magnum 72 –nuevito y de paquete– que estaba en Aduanas cuando ocurrió el golpe, permanece hasta hoy desaparecido. Muchos dedos apuntaron a Lino Oviedo y este, ni corto ni perezoso, acusó también al propio Wasmosy

Walter Bower, colorado y polémico exministro del Interior, es otro de los que admitieron frente a un periodista de ABC, en pleno marzo paraguayo, de qué manera oían a Raquel Marín de Oviedo. ¿Para qué ir más lejos? Hubo una época en que entregaban a las radios escuchas telefónicas realizadas –y grabadas– sin ningún tipo de resguardo fiscal ni judicial.

Entre los sospechosos de siempre estuvieron y están un militar ya en retiro, algún todopoderoso de la Senad, un agente de la DEA asignado al Paraguay y varios líderes políticos: los nombres de todos ellos figuran en el pizarrón de las sospechas.

Hoy día existe, oficialmente, un equipo de escuchas telefónicas operado por el Ministerio del Interior. Aseguran que es auditable y que no puede operar sin permiso fiscal y judicial.

Entiendo perfectamente que el senador colorado Rogelio Benítez esté preocupado. Comprendo cuando Afara, candidato a vicepresidente de Horacio Cartes, dice que no usa el teléfono para hablar con su compañero de fórmula, o que habla en arameo para que no se le entienda.

Es que, en todo lo que atañe a espionajes telefónicos en Paraguay, los colorados saben perfectamente de lo que hablan; mucha experiencia ganaron en tantos años oyéndolo todo...

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...