Lo que se dice y lo que se ve

Pocas veces se nota tanta contradicción entre lo que un candidato quiere proyectar y lo que se ve realmente.

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Santiago Peña quiere presentarse con la imagen de renovación, sin los vicios de los políticos tradicionales. Lamentablemente para él, está obligado a hacer campaña proselitista al lado de dirigentes demasiado conocidos por sus malos antecedentes. Por eso, sus intentos de diferenciarse no parecen creíbles.

Una cuestión insoluble e incontestable para Peña es su falta de autonomía. Nada de lo que diga al respecto para contrarrestarlo tendrá efecto, porque la conducta habitual del mentor y creador de su candidatura, Horacio Cartes, deja claro cómo concibe la actividad política.

El episodio de la frustrada candidatura del animador Rubén Rodríguez reveló, por ejemplo, que no tiene miramientos para alquilar a una persona y utilizarla en pos de sus intereses. Lo que menos le interesa en realidad son las ideas, proyectos o principios.

Es notorio además que el candidato oficialista no tiene un equipo político propio que pueda luego respaldarlo para llevar sus ideas adelante. Previamente a lanzarse al ruedo, no tenía ningún conocimiento de los dirigentes.

Su caballito de batalla es que sabe lo que necesita el país por haber estado en el Ministerio de Hacienda. Sin embargo, es difícil presumir de experiencia en el manejo del gobierno por haber estado dos años y medio en una secretaría de Estado.

Si de vicios hablamos, es obvio que los actos políticos en los que participa Peña se llenan de funcionarios públicos arreados que ni siquiera tienen la delicadeza de quedarse a escuchar su discurso. Después que habla Cartes, se retiran, porque consideran cumplida su obligación.

En un mitin de la semana pasada Peña le pidió al Presidente que lo acompañara a caminar y hacer campaña con él. Cartes difícilmente acceda, ya que, evidentemente, su nivel de tolerancia es cero con las eventuales críticas, tal como se vio en un acto en Encarnación, en el que sus guardias sacaron pitando a personas que portaban carteles con reclamos.

La falta de iniciativa del candidato cartista se ve en el hecho de que no reacciona ante episodios bochornosos, como el protagonizado por Cándido Giménez, precandidato a concejal departamental de Caaguazú por el movimiento Honor Colorado (HC), que amenazó con retirar el beneficio a las familias carenciadas que reciben ayuda social y que opten por otras candidaturas.

A Peña le queda decir que los otros candidatos hacen, hicieron o harán más o menos lo mismo que le critican a su sector político. Pero, si lo hace, quedará en evidencia que la mentada nueva imagen que quiere vender es simplemente eso: un producto con poca credibilidad.

mcaceres@abc.com.py

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