Los crímenes que conmocionaron al país

Los casos de Cinthia Carolina Escobar y de la adolescente Carolina Marín fueron dos crímenes que, por sus características, conmocionaron a todo el país. El primero, es decir, el de Cinthia, llamó la atención por el ensañamiento que demostraron los autores al desmembrar el cuerpo y tirarlo en bolsas en un yuyal de Villa Hayes. Aparece como principal sospechoso su expareja, que según testigos la sometía a maltratos constantemente. Por su parte, la joven Carolina Marín falleció a consecuencia de brutales golpes recibidos de su tutor, quien le propinó castigos durísimos que le causaron la muerte.

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Los dos fallecimientos nos lastiman profundamente, ya que ambas murieron de una forma salvaje y horrenda, que solo podemos ver en las películas de terror. Cinthia fue decapitada y hasta ahora no aparece su cabeza. No imaginamos cómo terminó la vida de Carolina, de 14 años, muerta a golpes tremendos propinados por su tutor, que en realidad la tenía como criadita. Toda la comunidad de Vaquería, en el departamento de Caaguazú, se movilizó indignada por el hecho y reclama justicia.

El criadazgo es una práctica muy antigua en el Paraguay. Con la promesa de dar educación, comida, ropa y techo a una niña que viene de una familia muy pobre, se llega a casos muy tristes, como los abusos y hasta violaciones. Desde 2012 está prohibida esta práctica, pero como sucede siempre, se viola la ley, con cualquier pretexto. Como sociedad, tenemos que plantear seriamente la cuestión, para evitar en el futuro historias como la de Carolina.

Detrás de cada crimen hay situaciones de celos, pobreza, codicia, problemas de conducta, trastorno de personalidad y tantas cosas más. Se entrelazan muchas veces: la prostitución, el alcoholismo, la drogadicción. Las chicas, movidas por el consumismo despiadado, se entregan a la prostitución, sin medir las consecuencias. Desean las cosas materiales sin sacrificarse para obtenerlas, y en ese mundo oscuro sabemos que hay otros vicios como las drogas y el alcohol. Todo esto ayuda a las maquinaciones siniestras.

Entonces, es fácil deducir que algo anda mal. La familia no educa en valores cristianos y fallan los colegios, las Iglesias, los medios de comunicación y las otras instituciones encargadas de velar por nuestras vidas y el cumplimiento de las leyes. A partir de la Constitución de 1992 se han creado muchas dependencias para atender a los niños y adolescentes. Surgió las Codeni en las municipalidades, las Defensorías, Fiscalías, Juzgados de menores, Ministerios y Secretarías. Hay nuevas leyes, que deben proteger a los más indefensos y vulnerables. Pero ante hechos como los de Carolina Marín nos preguntamos: ¿de qué interés superior del niño hablamos? Días después, la prensa reportó otro suceso en Ytakyry (Alto Paraná) que hablaba de un chico de 13 años asesinado y cuyo cuerpo también fue cercenado y enterrado en un gallinero. Mientras tanto, en Areguá, un hombre incitado por los celos intenta matar a su esposa con un machete. La hiere en la cabeza, la cara y las rodillas, Milagrosamente, ella salva su vida aunque pierde cuatro dedos de la mano. Su agresor termina falleciendo, ya que probablemente se suicidó lanzándose enfrente de un camión de gran porte. Y así, sucesivamente, irán apareciendo otros casos, tal vez más terribles. Los sicólogos, psiquiatras, educadores, curas y pastores, padres de familia, comunicadores y juristas tienen mucho que hacer al respeto. Es hora de ponernos a debatir y encontrar respuestas. En caso contrario, demostraremos con el silencio y la inacción que somos cómplices de los autores de esos hechos criminales.

blila.gayoso@hotmail.com

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