“Mad Max”

Mucha gente recordará la película “Mad Max, Furia en el Camino” (“Mad Max, Fury Road”) en los cines de Asunción hace unos, dos o tres años.

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No tanta gente recordará “Mad Max”, en Asunción hace unos treinta años, protagonizada por Mel Gibson y Joanne Samuel, lejana inspiración de “Furia en el Camino”. “Mad Max”, la original, una película extraordinaria.

George Miller, su director, es médico de profesión y trabajó, durante la crisis del petróleo de 1973 (los árabes cortaron el suministro mundial) en el equivalente, en Sydney (Australia), a nuestro Hospital de Trauma, y allí, viendo las heridas más desgarradoras en medio de las más insólitas carencias, se sintió obligado a reflexionar sobre el “colapso societal”.

“Mad Max” se desarrolla en una sociedad en colapso. Sus instituciones políticas están paralizadas y, por tanto, lo están la justicia y la seguridad. Es “sálvese quien pueda”, y sobre eso, las aventuras de la película.

Recordé mucho “Mad Max” esta semana cuando leí un material en “Ultima Hora”: “Las familias ribereñas apostadas en la Plaza de Armas se rehúsan a abandonar el espacio público por temor a una nueva crecida del río Paraguay (…) El sitio presenta un visible deterioro a causa de las… viviendas de los damnificados. En el espacio de esparcimiento… hoy día, se pueden encontrar peluquerías, despensas y hasta tragamonedas”.

Pensé en “Mad Max” porque hace semanas estamos detrás del tema en “La Primera Mañana” en radio ABC Cardinal (730 AM), y sobre ello entrevistamos a Gerardo Rolón Pose, director de Áreas Verdes de la Municipalidad de Asunción, quien dijo que: “Es una situación más profunda que desalojar las plazas. Con eso no vamos a solucionar” (30 de abril).

Rolón Pose expresa la parálisis institucional. Nos cobran impuestos para no hacer nada y para consentir, por desidia moral u oportunismo político, la prevalencia de sinvergüenzas con fuerza bruta. El colapso social.

La Municipalidad no identificó qué autoridad de ella y con qué título consintió la invasión de las plazas del Congreso por parte de un grupo de violadores de la ley, los “damnificados” que viven en áreas inundables desconociendo el artículo 1898 inciso C del Código Civil (“Son bienes del dominio público del Estado: las playas de los ríos, entendidas por playas las extensiones de tierras que las aguas bañan y desocupan en las crecidas ordinarias…”).

Tampoco explicó su inacción ante el daño realizado por dichos violadores de la ley a las plazas del Congreso. La Administración Nacional de Electricidad (ANDE) también debe explicar quién autorizó la sustracción de energía eléctrica por parte de los “damnificados”.

Y tampoco explicó la Municipalidad quién y cuándo derogó la Resolución 1307/15 de ella misma, que prohíbe la ocupación por parte de damnificados de paseos centrales, parques, plazas y calles de Asunción.

El 17 de mayo, David Cardozo, director ambiental de la municipalidad, nos admitió en ABC Cardinal, agregando evidencias de la parálisis, que no tienen capacidad para controlar ni verificar la polución sonora, prevista y castigada en ordenanzas y leyes.

A la parálisis de la Municipalidad y de la ANDE se suma la de la Policía Nacional, que en los casos mencionados no cumple su obligación de preservar el orden público legalmente establecido, proteger… la integridad…de las personas y entidades y de sus bienes y a prevenir la comisión de delitos (art. 6 de la Ley 222), usando la fuerza que fuera necesaria para ello (art. 4).

Es el país del que habla “Mad Max”, lastimosamente.

evp@abc.com.py

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