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Julián Báez, del Centro Meteorológico Nacional, dijo que si bien no se pueden parar estos comportamientos climatológicos, se puede alertar a la ciudadanía de su llegada y de los sitios donde afectarían y así salvar vidas. Hasta el momento, nuestros expertos cuentan con un solo radar de tipo Doppler, para todo el país, que fue adquirido en el año 2002, mediante un préstamo de US$ 5 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero su alcance es muy limitado.
Los fenómenos climatológicos, que algunos atribuyen al calentamiento global, nos han demostrado que se producirán con más rudeza. Por tanto, urge proveer a esta dependencia de más radares cuyos costos oscilan, ya instalados, alrededor de US$ 2 millones cada uno. Se requieren de otros dos en la Región Oriental con suma urgencia. En este caso se invertirá en un bien que puede evitar el luto y el llanto de familias enteras tras cada tormenta.
Teniendo una mejor tecnología podemos incluso hacer como en los Estados Unidos, que cuando avizoran un fenómeno natural peligroso, emiten sus alertas utilizando todos los canales de televisión, radios y redes sociales, y salvan vidas, que es lo más importante.
laponte@abc.com.py