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Algunos estudiantes, mientras leen sus materias de Historia o Literatura, quizás podrían concentrarse más si ponen melodías suaves como las clásicas, el jazz, blues o tecno. Sin embargo, no convendría poner cumbia, reggae, rock o algo acelerado. Este último, vendría bien para hacer gimnasia, modelar en pasarela o para competencias deportivas. Lo cierto es que en cada momento, en cada lugar y en cualquier actividad, la música nos acompaña siempre, define nuestra personalidad y dice mucho de nosotros. Tal vez por eso pensamos que las personas con estudios superiores y cierto nivel económico gustan tanto de la ópera como la música clásica o culta, como se acostumbra decir. Hay melodías para todos los gustos, las distintas edades, caracteres, niveles sociales e intelectuales.
Una de las cosas que más nos enorgullecen a los paraguayos es precisamente nuestra música, la que ha recorrido el mundo haciendo conocer al Paraguay y a sus artistas. Verdaderamente, las polcas y las guaranias se pueden considerar entre las músicas más hermosas del mundo. Quién es el compatriota que no llora cuando en el extranjero escucha estas canciones que llevan nuestra esencia, o sea, el alma del pueblo. Hemos tenido a Mangoré, José Asunción Flores, Herminio Giménez, Agustín Barboza y tantos otros, que dejaron sus creaciones para deleitar a propios y a extraños. Cada paraguayo que va en su carreta, se dirige a su chacra o a su rancho, si se pone a silbar puede crear una magnífica melodía. Todos son artistas potenciales, con un enorme caudal de talento. Por eso es que surgen tantas figuras en cualquier certamen; niños, jóvenes, gente mayor, con extraordinarias cualidades para el canto... Se tiene que incentivar este tipo de competencias, porque un niño que se dedica a la música pone su energía en algo positivo, en vez de gastarla en cosas perniciosas. El arte de la música desarrolla el espíritu y convierte al artista en una persona sensible. Es muy grande el poder transformador de la música.
El profesor doctor Ramón Lezcano Torres, sicólogo y naturista, editó recientemente un CD titulado: “Música para descansar la mente”, una creación suya con apoyo en guitarra y efectos del profesor Hugo Figueroa. Este trabajo musical está destinado a todas las personas que deseen tranquilizar la mente escuchando las bellas melodías que incluyen los dos discos del álbum musical, uno de ellos es solo para disfrutar y el otro, para hacer un sencillo ejercicio. Con esto se consigue aumentar la memoria y la atención. Esta música es para relajar la mente y lograr una paz interior. El profesor Lezcano es catedrático de la carrera de psicología de la UNA y su tesis doctoral se basa en “la incidencia de la química de la sangre en la función cerebral”. Estudia la influencia de la alimentación en la salud y en la conducta. Trata distintas enfermedades con métodos naturales, llegando a éxitos sorprendentes. Este trabajo lo viene realizando desde hace cuarenta años, con sustento científico y resultados extraordinarios.
blila.gayoso@hotmail.com