Orfandad del sistema educativo

“Toda persona tiene derecho a la educación integral y permanente”, dice la Constitución Nacional (CN art. 73). Y para que eso sea posible el Estado tiene organizado el sistema educativo nacional, cuyo gobierno, organización, dirección y administración corresponden al Presidente de la República de turno, con el servicio inmediato del Ministro de Educación y Ciencias por él elegido (arts. 76, 240 y 242 CN) y lógicamente con sus correspondientes equipos de trabajo en el ministerio de su cartera. 

Cargando...

El sistema educativo es extraordinariamente complejo, por la propia naturaleza de la educación y sus procesos, y por el pluralismo de sus directos e indirectos partícipes y destinatarios: desde recién nacidos hasta ancianos, pertenecientes a culturas diferentes y a niveles socioeconómicos diversos. 

En la práctica, casi todas las conversaciones y comentarios o críticas sobre la educación se refieren a algunos aspectos de los “procesos” educativos, rarísimamente tratan del sistema como tal. La CN y la Ley General de Educación 1264/98 distinguen bien el sistema de los procesos. No es lo mismo el conjunto de procesos educativos que está viviendo tu hijo o hija escolar o universitaria, que el sistema educativo donde está inmersa y se dan esos múltiples procesos. 

La mayoría de las críticas que se hacen a la educación se refieren a los deficientes resultados de los procesos de aprendizaje, de formación y capacitación. Es lo que se percibe cercano, inmediato en los niños, adolescentes y jóvenes estén en niveles escolares o en niveles superiores, por ejemplo, de universidad. Pero la validez y calidad de los procesos dependen en un porcentaje altísimo del sistema, si el sistema está mal diseñado, mal estructurado, desasistido, corrompido, los procesos dentro de ese sistema no podrán tener calidad. Por eso la Ley General de Educación no sólo protege y promueve la calidad de los procesos, sino también expresamente la calidad del sistema. 

Tanta es la atención que dicha ley da a la calidad del sistema que en el artículo 20 dice: “El Ministerio de Educación y Cultura, las gobernaciones, los municipios y las comunidades educativas garantizarán la calidad de la educación. Para ello se realizará sistemática y permanentemente evaluación del sistema y los procesos educativos”. 

Son corresponsables de garantizar la calidad de la educación el Ministerio, las gobernaciones, los municipios y las comunidades educativas. ¿Qué hacen el Ministerio, las gobernaciones, los municipios y las comunidades para garantizar la calidad del sistema educativo? Desgraciadamente tenemos que reconocer que nada hacen; es peor aún, cuando a los municipios se les ha dado dinero de Fonacide para que cooperen en la construcción, reparación y mejoras de la infraestructura de las escuelas, muchos municipios han malversado esos fondos y al final han contribuido con su corrupción al abandono y deterioro de la infraestructura escolar. 

¿Qué han hecho, qué hacen el Ministerio, las gobernaciones, los municipios y las comunidades educativas por la calidad del sistema? ¿Dónde están las evaluaciones sistemáticas y permanentes del “sistema”? 

Si para la calidad de las estructuras y elementos del sistema en los niveles de la educación escolar no hay evaluación del sistema, ¿dónde están las evaluaciones del sistema y procesos correspondientes a la Educación Superior, incluyendo las universidades? ¿Quiénes garantizan su calidad? El MEC hizo una excelente evaluación de los Institutos de Formación Docente públicos y privados. ¿Cuál es, dónde está la evaluación de los Institutos Superiores de Educación y las Universidades? 

Nuestro sistema educativo como tal está huérfano, dramáticamente huérfano en la Educación Superior. Las universidades andan “por su cabeza”, porque el barullo de leyes relacionadas con ellas ha destruido la gobernabilidad, sobre todo ante el absentismo de los sucesivos ministros de educación que no asumen el mandato constitucional de las responsabilidades que le imponen los artículos 240, 242 y 76 para todo el sistema educativo, dentro del cual obviamente están las universidades. 

Algunos tuvimos mucha esperanza en el año 2012 cuando se fraguaba el Decreto 8444 de creación del Viceministerio de Educación Superior. Lamentablemente, una vez más se confirma el abuso de poder por el que los criterios políticos prevalecen a los principios legales y constitucionales. El Viceministerio de Educación Superior no hace la evaluación del sistema en su nivel correspondiente. ¿Hasta cuándo la orfandad del sistema.

jmonterotirado@gmail.com

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...