Por septiembre, calabazas...

“Por septiembre, calabazas...” dice un antiguo refrán español con el que se da a entender que, por falta de oportunidad, no conseguirá uno lo que pretende, especialmente en el amor y los estudios. Pero alguien más optimista o pesimista, según se lo mire, dijo: “Por septiembre, calabazas, aunque no siempre”.

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El aforismo ha quedado en desuso por la reivindicación que ha tenido la calabaza a lo largo del tiempo. El concepto erróneo o la mala fama de esta cucurbitácea se originaron en la antigua Grecia cuando se la consideraba “anafrodisiaca” porque al consumirla supuestamente apagaba el deseo sexual.

Obviamente, durante la Edad Media esta creencia alcanzó tal magnitud que se la consumía en abundancia en los conventos y monasterios “para evitar la lujuria de sus moradores” (Del blog de Heraldo.es).

Con el avance de la ciencia pasó a ser leyenda pues hoy día se sabe que la calabaza es bastante rica en vitaminas, minerales y ayuda a adelgazar. Palabra mágica.

Pero esto no es lo que motiva este comentario, sino la sempiterna discusión de si la grafía del noveno mes del año tiene o no una suerte de “eslabón perdido” entre la primera y la segunda sílaba.

Estamos a las puertas de la Primavera en el Hemisferio Sur, a mediados del que era el séptimo de los diez meses del antiguo Calendario Romano, que arrancaba con el Equinoccio de Primavera para el Hemisferio Norte, es decir el 21 de marzo. Cuando se agregaron enero y febrero en el Calendario Gregoriano, en 1582, el séptimo pasó a ser el noveno. Desde entonces se escribió septiembre, palabra que se originó en el Latín: september, septembris, derivado de septem, siete.

Debieron pasar casi cinco siglos (432 años, siendo más precisos) para que en su vigesimotercera edición, publicada en el 2014, el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia admitiera ambas grafías: Septiembre y setiembre.

El Manual de Estilo del diario El País de España considera que por “mejor coherencia etimológica” adopta la forma original de escribir septiembre. Lo emulan Clarín de Buenos Aires, El Comercio de Perú y casi todos los diarios de América Latina. En Paraguay todos los periódicos optaron, desde los años sesenta, por escribir simplemente “setiembre”.

“Esta grafía surgió de un debilitamiento articulatorio de la /p/, que puede producir su elisión (omisión) o supresión, también válida pero minoritaria frente a la forma etimológica que conserva el grupo -pt- tanto en la pronunciación como en la escritura”, dice el sitio del Castellano Actual de la Universidad de Piura, Perú.

En el Diccionario panhispánico de dudas de la RAE se mantiene que “en el uso culto se prefiere decididamente la forma etimológica septiembre”.

María Moliner, en su Diccionario del Uso del Español, y Manuel Seco, en su Diccionario del Español Actual, también siguen optando por septiembre.

¿A Ud. cuál le gusta más?

pgomez@abc.com.py

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