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En primer lugar, el código genético es todo lo relacionado a sus características físicas heredadas como el color de piel, de ojos y de cabello. También en los genes pueden venir ciertas tendencias a adquirir enfermedades a lo largo de su vida. La psicología no asegura que el carácter, la personalidad, talentos y habilidades puedan heredarse o simplemente se forman a través del ambiente en donde uno vive.
Los naturistas sostienen que el cuerpo humano no está codificado genéticamente para consumir ciertos tipos de alimentos como la carne, comidas preelaboradas e industrializadas y, mucho menos, con conservantes, colorantes o saborizantes. Aconsejan, para una perfecta salud, una nutrición natural con productos ecológicos, que no contengan venenos o químicos o que no hayan sido manipulados genéticamente (transgénicos).
Algunos se basan en el libro del Génesis (Cap. 1 Vers. 29) que dice que solamente estamos preparados naturalmente para consumir frutas, verduras y raíces. Desde luego que hay culturas en las que se prohíbe comer carne, como en la India. Gandhi, por ejemplo, al levantarse temprano, acudía al templo a orar y después desayunaba leche de cabra, jengibre, áloe y frutas.
Buda es otro de los seres extraordinarios que abandonaron la fortuna para ser un maestro espiritual. Imaginamos la vida de estas personas como metódicas, disciplinadas y austeras.
En temas de los genes, hay mucho todavía por aprender y descubrir. La medicina avanzó mucho y en un embrión de semanas ya puede detectar enfermedades futuras o malformaciones congénitas.
El Todopoderoso ya nos creó para vivir sanos más de cien años, pero por transgredir las leyes naturales, consumiendo alimentos en exceso, bebiendo alcohol, fumando cigarrillos o siendo desordenados en el aspecto sexual, es que nos enfermamos y llevamos una mala calidad de vida. Respetar el código genético es la clave, cuidarnos en lo social y evolucionar espiritualmente es el secreto para vivir más y mejor.
blila.gayoso@hotmail.com