Revolución de la Toga, en marcha

El objetivo de una investigación académica, casi siempre, suele ser la búsqueda del conocimiento, generalmente nuevo. Desde que los presocráticos intentaron explicar el mundo circundante de manera racional hace dos milenios y medio, la ciencia y la filosofía han ganado espacio y protagonismo a través de persecuciones, ostracismo y sometimiento. En Paraguay, como no hay tradición científica, la investigación se ha hecho de manera quijotesca, pero no por ello menos rigurosa. Los científicos locales o extranjeros que se instalaron en el país realizaron grandes esfuerzos por las diversas ciencias desde la colonia. Muchos pioneros en sus áreas lograron interesantes descubrimientos o aportes a diferentes parcelas de las ciencias.

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Con la reciente institucionalización de la investigación se avanzó enormemente, por ejemplo con la creación del Programa Paraguayo para el Desarrollo de la Ciencia y Tecnología, ProCiencia; el Programa Nacional de Incentivos a los Investigadores, PRONII; la instauración de la figura del Docente Investigador a Tiempo Completo o el fortalecimiento del Programa de Jóvenes Investigadores de las universidades públicas, etc. Toda una generación de investigadores consagrados y noveles están peleando por sacar a Paraguay del “pozo científico” en el que está metido. El nuestro es uno de los países que menos invierten en I+D y donde cuesta encontrar grandes núcleos de investigación. Solo el 0,08% del PIB total se destina a investigaciones.

Los investigadores paraguayos son multifacéticos, por lo general. En un ambiente poco propicio para la actividad científica e intelectual, los investigadores locales cumplen con toda la cadena de generación de conocimiento. Descubren algo nuevo, lo procesan, publican, enseñan, divulgan y hasta gerencian ese conocimiento nuevo. A diferencia de otros colegas de los países del Primer Mundo, aquí los investigadores tienen que hacer de todo. Y lo que es normal, se les conoce por sus trabajos académicos.

Por ello, la denuncia de la existencia de decenas de “docentes investigadores” en diferentes universidades públicas, en el marco de la Primavera Estudiantil, causa una enorme indignación. El sistema corrupto ha carcomido a las universidades. ¿Cómo es posible que se haya permitido semejante injusticia con los que realmente investigan y producen conocimiento? Hay “docentes investigadores”, de diferentes instituciones, que no conocen el método científico, que nunca escucharon hablar de una revista indexada y que confunden investigación con recopilación de obra de otros autores. Muchos de ellos solo llegan a ser operadores políticos en la academia, en detrimento de la educación y ciencia del Paraguay. Todos ellos o deben renunciar o ser expulsados de las distintas universidades. Una universidad que no produce conocimiento está condenada a la miseria y a mantenerse en la periferia de la globalización tecnocientífica. Una universidad es el templo del debate, el banco de la ciencia y el ágora del pensamiento libre, no una seccional colorada o comité liberal.

El conocimiento es peligroso para el statu quo, el autoritarismo y el conformismo. Permite tener una visión más amplia de la realidad y genera alteraciones entre quienes no entienden que muchas teorías son cambiadas, reformuladas o dejadas de lado. Ya no hay tiempo para la postergación, esta “Revolución de la Toga” merece el apoyo y acompañamiento de toda la sociedad. Sanear la Universidad Nacional de Asunción significa darles una oportunidad a los académicos para que planteen soluciones a los problemas graves que tiene hoy la población. Esta revolución está poniendo en evidencia a la clase política. Los gobernantes no quieren ciudadanos educados científicamente y libres. Prefieren habitantes ignorantes e incultos que sigan acríticamente a los líderes partidarios. Ese tiempo ya terminó o está terminando.

La clase política se encargó de postergar los sueños de bienestar y progreso de los paraguayos; es el turno de los investigadores y académicos, de los científicos y pensadores de mostrar que la universidad puede prender la luz en medio de la oscuridad.

equintana@abc.com.py

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