Se despierta la Sala Constitucional

La sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia se tomó una larga siesta para atender las chicanas de Enzo Cardozo: tardó tres años para rechazar lo que siempre fue rechazable. El Tribunal de Apelaciones había confirmado la imputación contra Cardozo y otros por los delitos de lesión de confianza y estafa por un caso que asciende a la suma de sesenta y ocho mil millones de guaraníes. Sí, leyó usted bien: 68 mil millones. Fue cuando Cardozo, en calidad de ministro de Agricultura, se asoció a una supuesta Federación Nacional de Productores Frutihortícolas del Paraguay (Fenaprofhp), cuyos directivos están en la cárcel de Tacumbú, cumpliendo una larga condena por las mismas causas citadas. 

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La “Alianza estratégica” entre el Ministerio de Agricultura y Ganadería y la Fenaprofhp se inició, para desgracia de los pequeños agricultores, en 2012. Desde entonces se vino estafando al Estado por aproximadamente año y medio. Enzo Cardozo firmaba resoluciones de transferencia de dinero a Silvio Riveros, titular de la Fenaprofhp, sin ningún control serio de las documentaciones que se le presentaban. La responsabilidad final no se delega. 

Cardozo daba el dinero a la Fenaprofhp supuestamente para la producción de piña, repollo, locote, tomate, cebolla, entre otros rubros, sin ningún estudio de factibilidad según el informe de la Dirección General de Planificación y la Unidad de Estudios Agroeconómicos, arrimado al expediente de la acusación fiscal. 

No se realizaron: estudio de mercado, estudio técnico, estudio financiero. Pese a que el “plan” de Fenaprofhp propuso la adquisición y el uso de grandes cantidades de pesticidas, no se requirió a la Seam un estudio de impacto ambiental.

Cardozo, según pudo constatar la fiscalía, nunca exigió –como tenía que hacerlo– un estudio de factibilidad de los proyectos a los que los fondos eran destinados. Entregaba elevadas sumas de dinero sin saber siquiera si los proyectos eran viables. No le interesaba saber. La cuestión era entregar el dinero público para la corrupción. 

Por “consultorías” y “asesoramientos” se abonaron cientos de millones de guaraníes, y no hay ningún informe de los trabajos realizados. La cosa es que no se realizaron los trabajos. 

El 29 de noviembre de 2012, el ministro Cardozo firmó la resolución 1193, por la que concede a la Fenaprofhp 35.000.000.000 de guaraníes (treinta y cinco mil millones). El 5 de diciembre, por resolución 1280, le entrega 10.000.000.000 de guaraníes (diez mil millones). Ese mismo día, por resolución 1288, el ministro Cardozo ordena la entrega a la Fenaprofhp de 6.052.639.175 de guaraníes (seis mil cincuenta y dos millones). En pocos días, el titular de la Fenaprofhp recibió más de cincuenta y un mil millones de guaraníes. Y no fueron las primeras ni las últimas entregas. 

Nótese que, en un mismo día, el 5 de diciembre, Cardozo firmó dos resoluciones de desembolsos por más de diez y seis mil millones de guaraníes. Entre otras ¿dónde está la irregularidad? De acuerdo con la ley, no puede hacer nuevas entregas antes de la rendición de cuentas del anterior desembolso. 

Con estos pocos datos –el expediente de la fiscalía tiene más de 200 páginas– es posible apreciar cómo se saltaban todas las normas. Era para que la Fenaprofhp se alzara con grandes cantidades del dinero público destinado a los pequeños agricultores a quienes nunca les alcanzó nada o muy poco. Y lo muy poco, para esconder la desaforada corrupción. 

No se vaya a pensar que la Fenaprofhp se quedó con todo el dinero. Distribuía generosamente entre sus socios para que sigan los desembolsos. Ahora que el expediente fue liberado por la sala constitucional de la Corte, pasará al juez Gustavo Amarilla quien fijará la fecha, como muchas otras veces, para la audiencia preliminar donde se determinará si el caso va a juicio oral y público. 

Todavía hay caminos, que los defensores los hacen tortuosos, por donde debe transitar la causa. Veremos qué chicanas aparecen para evitar que se haga justicia a los pequeños productores que hoy estarían mejor de no haber mediado la enorme corrupción. Algunos de sus autores ya están en la cárcel. Faltan otros. 

Es deseable que este despertar de la Sala Constitucional de la Corte no sea para acomodar la almohada y seguir durmiendo. 

alcibiades@abc.com.py

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