Se inician los tiempos difíciles

Mario Abdo asumió el miércoles la presidencia del Senado, iniciando uno de los periodos más complicados de la relación del Congreso con el Ejecutivo. La pirotecnia verbal que desplegó apenas el presidente Horacio Cartes concluyó su informe al Congreso fue un indicador.

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Será un año de mandato en que la disidencia colorada utilizará la presidencia del Senado conforme a sus tiempos y necesidades políticas. Es de esperar que la tensión sea la constante y que inclusive se acreciente en estos más de veinte días que faltan para las internas partidarias. Pasadas esas elecciones bajará la presión, pero no será un relacionamiento fácil.

El propio Abdo por momento se verá atrapado en el equipo de la disidencia porque no siempre coincidirán sus intereses. La misma conformación del grupo lo hace imposible. Él está empezando a hacer camino en la vida política; en cambio, otros tienen muchos kilómetros andados y están de salida. Las necesidades no son las mismas.

Los partidos de oposición jugarán un papel central en el mandato de Abdo. Con ellos la disidencia consolida su fuerza para acogotar al Gobierno, pero eso los pone en una zona gris que puede tener consecuencias para su futuro político de cara al 2018. En el Partido Colorado la lealtad partidaria tiene un alto valor a la hora de votar.

Para la oposición es central mantener su alianza con los colorados disidentes. Tienen la obligación de trabajar en mantener ese bloque e impedir que haya acercamientos con el Ejecutivo. Con mayoría propia en la Cámara de Diputados y con mayoría relativa en la Cámara de Senadores, los colorados unidos tienen la capacidad de borrar del Congreso a la oposición.

En esa delicada danza de equilibrio el pedido de juicio político a tres miembros de la Corte Suprema que está congelado en el Parlamento es una pieza importante para la negociación política. Es muy probable que la mayoría opositora que controla el Senado prefiera mantener en suspenso los pedidos de juicio político. Eso de alguna manera extenderá su poder más allá del Parlamento y hará que llegue al Poder Judicial.

Los tres miembros estarán en la cuerda floja permanente y su continuidad estaría atada a sus posiciones políticas en contra del Ejecutivo y a las necesidades de la oposición.

Al Ejecutivo le esperan tiempos complicados en que las iniciativas legislativas del Gobierno tendrán que recorrer mucho antes de ser aprobadas. Incluso algunas no verán la luz. El Ejecutivo lo sabe y está tratando de estructurar caminos alternativos que le permitan avanzar a pesar del Congreso y de los tiempos de la política. La tarea no sencilla.

Después de las elecciones internas del Partido Colorado el próximo 26 de julio la disidencia colorada se reacomodará. La unidad que ahora se ve será sometida a tensión y no sería raro que el grupo tenga una nueva composición. Los resultados electorales serán los que marquen el nuevo diseño interno.

Serán doce meses de tensión, de idas y venidas donde prometedores proyectos podrían diluirse en la disputa política.

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