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Además, destacó que, debido a los asesinatos de mujeres por sus parejas, desde este año se incluirá en la malla curricular de ingreso de los nuevos policías y en los exámenes de ascenso una materia especializada en violencia intrafamiliar.
Es el deber del Ministerio de la Mujer dirigir, administrar, promover todo lo concerniente al bienestar de ella, pero lo que nunca se menciona es que ese bienestar incluye a su marido y sus hijos, en caso de tenerlos o considerarlos a futuro. Porque da la impresión de que se conceptúa y se trabaja por una mujer siempre sola.
Es verdad que muchas mujeres son víctimas de malos tratos e incluso son asesinadas (tema tan doloroso y que se trata tan equivocadamente desde la ideología y el sensacionalismo). Para los casos graves de violencia está la justicia, que debe ser imparcial e independiente. Y si no hay respuesta es por un problema de corrupción, de incumplimiento del deber, de falla institucional.
Con léxico empresarial, la ministra habló de dar trabajo, autoestima y liderazgo. Habrá que entender bien qué significa todo eso. ¿Será igualmente liderazgo en el hogar, mejor negociación con su esposo, mejor conocimiento de sí misma? Porque es enorme el porcentaje de las mujeres que se quedan en la casa con los niños y sus maridos están desocupados, razón por la cual la familia acaba quebrándose.
Si bien es cierto que muchos hombres dominan y maltratan a sus mujeres porque son los que corren con los gastos (poder económico), es un tema complejo y, sobre todo, es un problema más del individuo, no machista (porque ocurre también al revés, cuando es ella la que provee).
Le pregunté a una (ex) ministra de la mujer por qué creía que las mujeres permanecían en una relación que las hacía sufrir, me contestó románticamente que la mujer pobre soporta el maltrato diario porque los momentos de intimidad sexual eran la única muestra de afecto que recibía. Me quedé esperando que profundizara su respuesta, lo que no ocurrió. Quien conoce las zonas rojas, violentas por los 4 costados, sabe que ahí la mujer que no tiene un hombre en la casa no sobrevive, primero porque dos ponen más en la olla, y segundo, por la seguridad de la mujer y sus hijos/as “cualquier borracho viene y tira tu puerta abajo si estás sola”, resume una bañadense. Entonces, para superar esta inseguridad hay que apuntar a levantar el nivel de vida de todas estas personas, y eso requiere de compromiso, rectitud, políticas públicas de gobierno y una economía verdaderamente inclusiva y con enfoque de familias.
La ayuda que se brinde desde el Ministerio de la mujer tiene que favorecer a la mujer y también a la mujer con su familia. Urgente enfoque de trabajo, autoestima y liderazgo para parejas, eso sería trabajar en serio para erradicar la violencia.
“Esta ansia irracional de dominio, de control y de poder sobre la otra persona es la fuerza principal que alimenta la violencia doméstica entre las parejas” (Luis Rojas Marcos, psiquiatra español).
lperalta@abc.com.py