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Hoppe encontró 40 obras entre inconclusas e inexistentes en el paquete que el gobernador Noria dice haber contratado con los recursos financieros de 2017 y 2018. Incluso encontró construcciones inacabadas del 2016/2017 que fueron totalmente pagadas.
De hecho, la situación desató una cadena de congratulaciones a la edil, a través de las redes sociales, porque tuvo la “osadía” de hacer su trabajo y desnudar las falencias que eran de alguna forma un secreto a voces.
Aunque “una golondrina no hace primavera”, tan importante resultó el control y denuncia realizada por Hoppe, que las obras paradas empezaron a andar, y las “obras fantasma” empezaron a “incorporarse”.
El propio gobernador Noria tuvo que salir al paso y prometer que las 40 obras estarán terminadas antes del fin de su mandato (15 de agosto). Es ver para creer.
Por otro lado, la investigación y denuncia de la edil en principio contó con el fervoroso apoyo de cinco de sus colegas, pero terminó con apenas tres. El resto, entre ellos el concejal liberal Rogelio Giménez y del Frente Guasu, Reinaldo Barreto, sufrieron una especie de amnesia, o arrepentimiento de último momento y terminaron aprobando la gestión de Noria. Por eso, a pesar de las graves denuncias, la ejecución del gobernador fue aprobada por una mayoría de 5 a 3.
Vergonzoso desde donde se lo mire, porque los ediles deberían ser los primeros en actuar de manera crítica. Esperemos que la denuncia realizada por Hoppe no sea solo a la opinión pública y que también llegue a la Justicia.
rduarte@abc.com.py