Una historia escabrosa

Las historias escabrosas sobre orgías y bacanales en el Congreso siempre formaron parte del imaginario ciudadano en los últimos 20 años. La ausencia de pruebas concretas (a pesar de muchos indicios) transformaron la cuestión casi en una leyenda urbana. La reciente divulgación de algunos videos de contenido sexual que involucran a un senador muestra que quizás la imaginación haya quedado corta.

Cargando...

No solamente el dinero público se despilfarra o se roba impunemente en muchas instituciones públicas sino que algunos “honorables” representantes del pueblo aprovechan su posición para un tráfico de influencias desembozado y para darse lujos y placeres con el dinero de sus representados.

A poco de estallar el “escándalo de los videos”, surgieron especulaciones de todo tipo sobre el origen, el motivo y las consecuencias de las publicaciones. Obviamente, fue ligada con la feroz interna colorada. De hecho, el mismo Juan Carlos Galaverna, principal afectado por las revelaciones, consideró que el golpe vino de parte de sus enemigos declarados en el partido. También se especuló con que fuera una venganza de los funcionarios del Senado para cuyos sueldos se anunció un recorte generalizado.

Tal vez, pueda tomarse este incidente como uno más en la carrera política del verborrágico senador. Otra mancha que no lo debería perjudicar demasiado. Sin embargo, Calé siempre fue muy celoso de su vida privada y lo ocurrido puede que sea un golpe con consecuencias desastrosas para él. La presentación que hizo de un amparo judicial para prohibir la publicación de todo lo relacionado con su caso, confirman hasta qué punto lo ha conmovido.

No es la primera vez que está involucrado en ataques y contraataques referidos a hechos de corrupción. En enero de 2011, en el marco de una disputa política, una secretaria del senador colorado Óscar González Daher (con quien estaba enfrentado, igual que ahora) fue pescada in fraganti, cobrando los sueldos de varios funcionarios del TSJE con sus tarjetas de débito. A los pocos días, se hizo pública una lista de integrantes de un club de fútbol de Ypacaraí vinculados a Galaverna, con sueldos en la Justicia Electoral. Como sucede muy seguido en nuestro país, cuando los casos involucran a dirigentes políticos, ambos episodios quedaron en oparei (en la nada).

Con este antecedente, cabría pensar que se vendrá pronto una catarata de revelaciones, fotos y videos escandalosos y que muchos legisladores y dirigentes políticos paraguayos deberían poner las barbas a remojar.

Pero tampoco es desechable la posibilidad de que el golpe venga de más “arriba” y de fuera del ámbito legislativo y que sea un pase de factura por algún hecho reciente o más alejado en el tiempo sobre cuestiones de vicios que afectan a gente de mucho poder.

En ese caso, posiblemente Galaverna opte por quedarse callado, porque sabe que el ataque puede ser peor después.

El episodio sirve también para dimensionar el grado de corrupción y desfachatez de ciertos integrantes del Congreso, que es cada vez más difícil de ocultar y que justifica con creces la mala imagen que han sabido forjarse ante la ciudadanía a lo largo de estos años.

mcaceres@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...