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Las víctimas son identificadas como Oscar Ramón Santacruz Benítez (11), oriundo de San Juan Nepomuceno, y Reinaldo Rolón Ibarra (9), con domicilio en la compañía Cañadita de Ñemby.
Según el informe de la comisaría 14ª de la localidad, el padre del menor de las víctimas Arsenio Rolón Aguinagalde (34) declaró que ambos niños se conocieron en el balneario y estaban acompañados de sus padres y otras personas.
En un momento de descuido, aparentemente, el menor se escapó para ir a jugar con su nuevo amigo Oscar Ramón, con quien minutos más tarde encontró la muerte.
Luego de una breve búsqueda de los escolares por parte de los familiares y acompañantes, repentinamente, el cuerpo de Oscar Ramón flotó en la superficie del arroyo Piraretã, que cruza el balneario.
Al ocurrir esto, se intensificó la búsqueda del otro menor, que fue encontrado en el fondo del agua, a un metro y medio de profundidad.
La Policía indicó que se desconocen las circunstancias exactas en que sufrieron el ahogamiento. Sin embargo, el suboficial ayudante de la comisaría local Alcibiades Oviedo señaló que la hipótesis que se maneja es que una de las víctimas al sentirse arrastrado por el agua, en su desesperación, le habría estirado a su compañero para intentar salvarse o como una forma de pedir auxilio.
Reinaldo Rolón Ibarra fue llevado por el padre al centro de salud local, donde le diagnosticaron muerte por inmersión y rotura cervical.
Por otro lado, el cuerpo de Oscar Ramón fue prácticamente secuestrado por su padre Ramón Santacruz López (40), chofer del ómnibus de la empresa San Juan Nepomuceno, coche 900, que había transportado al grupo de excursionistas hasta el lugar de veraneo. Una patrullera de la Policía lo siguió hasta Eusebio Ayala y se pudo identificar a la víctima.