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El proceso, que tuvo una duración de dos años y nueve meses, fue muy incidentado porque varias evidencias del caso fueron robadas del despacho del juez Leonardo Ayala Balmoris, además el caso debió llegar primero hasta la Corte Suprema de Justicia, para resolver un pedido de nulidad de la audiencia preliminar.
La sentencia del tribunal fue apelada por la defensa del sacerdote, quien hasta ahora en libertad, con medida sustitutiva de prisión.
La sentencia del tribunal fue apelada por la defensa del sacerdote, quien hasta ahora en libertad, con medida sustitutiva de prisión.