50 años de periodismo con la adrenalina a flor de piel

ABC nació hace 50 años y creció libre, pese a la dictadura, el autoritarismo, la corrupción y la trampa. A lo largo de medio siglo fue calumniado, hostigado, perseguido y clausurado. Sobrevivió y retornó a manos de sus lectores después de la caída de Alfredo Stroessner en 1989. Cada día es como empezar de nuevo porque las lecciones se olvidan pronto y nuestra sociedad necesita de medios fuertes, preparados para soportar los embates de los gobiernos cuando se vuelven autoritarios para tapar sus fechorías. Los males revolotean como murciélagos en la noche y dejan secuelas en los periodistas. Se convive con la amenaza, las querellas, la privación de libertad y aún la muerte, como la que sufrió Pablo Medina hace casi tres años. Este es un breve resumen de la intensa historia de medio siglo de ABC inclaudicablemente abrazada al periodismo libre y la adrenalina a flor de piel.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/WMLDHJSE5ZAHBOK2NZ5WTWZ2SE.jpg

Cargando...

“Las ideas pueden ser peligrosas, pero la supresión de las ideas es siempre fatal”, remarcaba nuestro comentario editorial al celebrar la reapertura el 22 de marzo de 1989, cinco años después de la clausura impuesta por el dictador, una máxima que impera en el periodismo.

La amenaza, la persecución y el apresamiento fueron moneda corriente desde la misma creación de ABC el 8 de agosto de 1967.

El primer periodista preso fue nuestro jefe de Redacción, Roberto Thompson, en 1968.

En 1972, Stroessner dispuso la captura de Francisco Talavera (ya fallecido).

En diciembre de ese mismo año le tocó el turno a Miguel Ángel Curiel, jefe de la sección Internacionales.

La temida policía política al mando de Pastor Coronel lo secuestró. No se consiguió dar con su paradero hasta que volvió con vida después de una angustiosa incertidumbre. Eran tiempos de oscurantismo absoluto.

Thompson volvió otra vez a la cárcel en 1974. Después de tanto padecimiento decidió emigrar a Estados Unidos de donde no regresó.

González Delvalle

El 5 de noviembre de 1979 fue detenido Alcibiades González Delvalle, incomunicado hasta el 21 de diciembre de ese año. De nuevo fue arrestado el 25 de junio de 1980 y remitido a Tacumbú hasta el 2 de setiembre. Volvió a prisión en junio de 1982, y luego en setiembre de 1983 hasta el 8 de diciembre de ese año en el tenebroso Departamento de Investigaciones.

“Metámosla (la ley) en gorra...” Entre otros, Alcibiades había firmado un comentario dominguero en el que dijo en sentido figurado que había que desconocer la ley si no servía para hacer justicia. Enfocó un juicio por asesinato para criticar la decisión del juez de mandar a la cárcel a un joven “por mentiroso”, porque en su declaración testifical preguntado por su edad, dijo: “agueroguatá 18” (estoy cerca de los 18). El muchacho tenía 17 años.

El periodista dijo que si una ley impide que una madre se entere cómo fue el asesinato de su hijo, “entonces al diablo con esa ley, metámosla en gorra...”. Fue acusado de incitar a la población a violar la ley desde su columna periodística.

Héctor Rodríguez

El periodista Héctor Rodríguez (fallecido hace cuatro años) fue detenido el 29 de febrero de 1980, incomunicado en una celda del Cuartel Central de Policía hasta el 27 de marzo de ese año. Su delito: publicó declaraciones de Juan Ramón Chaves, presidente del Partido Colorado (en la práctica, el partido único de la época). El dirigente dijo que los exiliados del disidente Movimiento Popular Colorado (MOPOCO) podían regresar del exilio. La información había irritado al mandamás.

Rufo Medina

En 1980, nuestro diario fue atropellado por el exyerno de Stroessner, Humberto Domínguez Dibb, quien golpeó en el rostro al asistente del director, doctor Rufo Medina. Domínguez era director del diario Hoy y buscaba a nuestro director para agredirlo.

El 17 de agosto de 1982 le llegó el turno a Ramón Santiago Moreno (también ya fallecido), corresponsal de ABC en Luque. Se lo mantuvo incomunicado hasta el 24 de diciembre de 1982.

Soler

Entre otras decenas de agresiones, en setiembre del 82 se registró un caso pintoresco. Un guardaespaldas muy cercano a Stroessner, Narciso Soler, analfabeto con mucho poder, allanó borracho el diario, secundado por unos 10 hombres fuertemente armados y mantuvo en vilo a los empleados por espacio de unas dos horas.

Exigió que le devolvieran un arma que perdió en un incidente sobre la calle Herrera donde golpeó a un automovilista. Un oficial del Batallón Escolta (coronel Lesme) llegó para apaciguarlo y trasladarlo a Mburuvicha Róga, donde vivía.

Acusado de comunista Acusado de “comunista”, el 9 de abril de 1983 fue expulsado del país el periodista uruguayo José María Orlando. Asesoraba en edición y estilo a los periodistas de ABC. Al mes siguiente, el régimen expulsó a otro hombre de prensa extranjero, un brasileño del diario “O Estado de São Paulo” quien escribía sobre el asedio que sufría ABC y el boicot a su circulación.

El periodista Gustavo Codas se refugió en la Embajada de Venezuela y abandonó el país en el mes de junio de 1983.

El director preso

El 15 de julio de 1983 fue detenido nuestro director. Estuvo 11 días en Tacumbú. La razón: se negó a proporcionar el nombre de un periodista (Rafael Bóveda) que entrevistó a la abogada Sarah Rivas de Vasconsellos y que puso de muy mal humor a Stroessner.

El 20 de diciembre de 1983, el arresto alcanzó a Jesús Ruiz Nestosa, jefe de la sección Arte y Espectáculos. Lo liberaron la Nochebuena de ese año. Era responsable de la picante columna “Línea privada”.

Reducir a escombros...

La audición La Voz del Coloradismo, dirigida por el represor Alejandro Cáceres Almada (ya fallecido), que transmitía en cadena de emisoras a todo el país, amenazaba con “reducir a escombros” a ABC.

“Si el pasquín opositor sigue en esta prédica, también nosotros tenemos el derecho de agitar al pueblo colorado contra ABC. El diarote será reducido a escombros por la fuerza de nuestros batallones de asalto”, advertía.

Paralelamente, la policía impedía la circulación de los camiones repartidores en todo el país. El régimen pretendía que la empresa colapsara y fuera a la quiebra.

“Zurdos del diarote...”

“Si ellos (los periodistas) quieren seguir denunciando irregularidades que solo existen en sus enloquecidas y afiebradas mentes, allá ellos (...) encontrarán a nuestros batallones prestos para reducir a escombros a los subversivos, hasta pulverizarlos, hacerlos ceniza y sepultarlos en las catacumbas de los endemoniados enemigos de la paraguayidad. ¡Mucho cuidado zurdos del diarote...!”, injuriaba La voz del coloradismo, rebautizado por Ruiz Nestosa como “La voz del canibalismo”.

El cierre definitivo El 16 de marzo de 1984 nuestro director volvió a la cárcel, por segunda vez en nueve meses. Sufrió otros 11 días de prisión ínterin aprovechado por Stroessner para ordenar el cierre definitivo de ABC.

Una publicación de ese día 16 fue la excusa. “(El disidente) González Casabianca irá al Ministerio del Interior”, decía el título.

El político había enviado un telegrama colacionado al ministro. Le intimó a hacerle entrega del documento donde supuestamente Estados Unidos declaraba “grupo terrorista” al MOPOCO.

En la entrevista que le hizo el periodista Edwin Brítez, el político negó que su movimiento tuviera relación con el terrorismo y que más bien “fuimos las víctimas preferidas del terrorismo” de Alfredo Stroessner.

Al darse por detenido, nuestro director estuvo acompañado –como siempre lo fue– del asesor jurídico del diario Gerónimo Angulo Gastón (ya fallecido).

El policía Faustino Ramón Benítez le reclamó que entregara el nombre del periodista que redactó la entrevista a Casabianca.

El director no suministró la información porque no es norma hacerlo y, a continuación, se responsabilizó de la publicación tras señalar que no es costumbre de los periodistas de ABC alterar o tergiversar las declaraciones de los entrevistados.

“Si (Zuccolillo) no quiere revelar quién redactó la información aparecida el viernes (16-III-84), seguirá preso”, sentenciaba, sin contemplaciones, el otrora temible Sabino Montanaro.

Por predicar el odio...

Montanaro esgrimió ante la prensa internacional que ABC fue clausurado “por predicar el odio entre los paraguayos”.

El día de la clausura, la mañana del 22 de marzo de 1984, se produjo la primera manifestación espontánea, en décadas, sobre la calle Yegros. Se entonó el Himno Nacional y se coreó la emblemática canción “Patria Querida”. Durante la manifestación fue detenido el periodista José Luis De Tone, quien fue a prisión a hacerle compañía al director.

Con el diario clausurado, en 1985 fue detenido Edwin Brítez, objeto de un interrogatorio y allanamiento de su domicilio. Fue liberado al día siguiente. Zuccolillo volvió a ser apresado el 4 de noviembre de 1985, aunque solo por espacio de unas 10 horas. Fue a su regreso de New York donde acababa de recibir el premio periodístico “María Moors Cabot” en la Universidad de Columbia, “por su contribución a la libertad de prensa”.

El jefe policial, Gral. Alcibiades Brítez Borges, al soltarlo, le aconsejó que se marchara del país “si no está de acuerdo con el gobierno del presidente Stroessner”.

Represión y crimen en democracia

El ejercicio del periodismo libre en democracia es tan riesgoso en nuestro país como en los tiempos de la dictadura, pues los poderosos recurren a instrumentos seudo legales, la policía, fiscales, jueces o directamente al crimen organizado como sucedió con el periodista Pablo Medina, acribillado a balazos en una calle vecinal cerca de Curuguaty el 16 de noviembre de 2014.

Los procesados están directamente ligados a la política y al tráfico de frontera. El juicio avanza muy lentamente.

Las investigaciones de corrupción nos han provocado duras represalias por orden de personajes intocables que emergieron y se enriquecieron en el post stronismo.

Nuestro director fue condenado a pagar una astronómica suma (unos G. 1.500 millones) a Calé Galaverna, secuela de una campaña periodística que demostró el vaciamiento y quiebra del Banco Nacional de Trabajadores (BNT).

En una grabación telefónica del conocido personaje, se jactaba que él dictaba el “criterio político” a fallos de miembros de la Corte.

Por una investigación sobre el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña en 1999, el director fue atosigado por una veintena de querellas en los tribunales. El diario sufrió varios atropellos. Dos jueces intentaron en vano detener las publicaciones a través de sus fallos.

El entonces presidente de facto, Luis González Macchi, ordenó por decreto la captura del periodista que escribe estas líneas y su remisión a la cárcel militar de la Primera División de Infantería, acusado de “golpista” en el año 2000, en virtud del Estado de Excepción. Un par de fiscales también lo procesaron por la investigación periodística que desbarató la desopilante historia oficial del Caso Argaña.

Periodistas como Mabel Rehnfeldt y Sandra López debieron concurrir en incontables ocasiones a los juzgados por querellas relacionadas con sus investigaciones.

Hoy mismo, ABC recibe furibundos embates –aún ciber ataques a sus sitios digitales– buscando minar su prestigio ganado, abrazado a los principios del periodismo libre, que si no es libre es una farsa, como decía en los setenta el periodista argentino Rodolfo Walsh, antes de ser desaparecido por la dictadura militar argentina.

González Casabianca: “ABC nos revivió y revivió a la resistencia...”

Uno de los más valientes luchadores por la democracia, Miguel Ángel González Casabianca (fallecido en 2007), decía en un acto de homenaje, en 1994, en el Senado, en el décimo aniversario de la clausura de nuestro diario (1984-1989): “ABC Color nos revivió”.

“Los que habíamos salido al exilio habíamos sido muertos civiles durante más de 25 años, y ABC Color nos revivió...”.

Y no solo nos revivió a nosotros. También revivió a la resistencia colorada que estaba dentro, latente y larvada en el país”, dijo González Casabianca.

Rindió homenaje “a los hombres de ABC, a esos periodistas valientes que desarrollaron una tarea de esclarecimiento público. Cito entre ellos a Aldo Zuccolillo, Enrique Bordenave, Alcibiades González Delvalle, Luis Alberto Mauro, Héctor Rodríguez, Edwin Brítez, Rafael Bóveda, Hugo Ruiz Olazar, Serafín Soto y al inolvidable Alfredo Seiferheld”, y pidió disculpas por no mencionar más nombres.

Abogó porque “nunca más ningún senador colorado, ningún diputado colorado tenga que dar lugar a los caprichos de ningún mandamás de turno para violar los derechos humanos, las libertades y la dignidad de ningún paraguayo”.

Con el riesgo de perder la libertad

Formar parte del plantel de periodistas de ABC lleva siempre implícita la posibilidad de ser convocado “para averiguaciones”, demorado o arrestado. La prueba es el tendal de detenciones e incontables agresiones a lo largo de su medio siglo de vida institucional, durante y después de la dictadura. Hurgar en los latrocinios cometidos por funcionarios y traficantes de frontera potencian el riesgo de perder la libertad y hasta la vida como ocurrió con nuestro periodista Pablo Medina, acribillado a balazos el 16 de noviembre de 2014 en una calle vecinal de Curuguaty y en el que están implicados sujetos ligados al poder político.

holazar@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...