CARTAS AL DIRECTOR

El embajador de la República de China (Taiwán) Alexander Tah-Ray Yui envió una carta al director en relación con un artículo de opinión. El texto dice así:

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“Generalmente un embajador cuando redacta un mensaje de despedida al término de su misión, lo hace de manera personal con un poco de tristeza y melancolía, vía carta enviada a los destinatarios con quien ha trabajado o conocido durante su estadía en el país. Esta vez lo hago de forma pública porque las circunstancias ameritan hacer una firme aclaratoria sobre comentarios que hice a la prensa hace unos días, pero particularmente sobre un artículo periodístico redactado por el Señor Edwin Brítez, publicado el 11 de abril en el diario ABC Color.

El artículo en mención, del Señor Brítez, titulado “El portazo de Taiwán”, interpreta erróneamente las declaraciones que yo hice en la sala de prensa de Mburuvicha Róga el pasado 5 de abril, respondiendo a una pregunta sobre los acontecimientos del 31 de marzo de 2017, manifiesta la molestia de mi gobierno hacia el Gobierno de la República del Paraguay “por haber alentado el incendio parcial del Congreso”, porque nuestra cooperación “fue bastardeada de una manera violenta (incendio)” y nos duele que “sea el propio gobierno (paraguayo) el promotor de la quema” de lo que nosotros ayudamos a construir, “anteponiendo intereses antidemocráticos, como la violación constitucional, aunque se consuela pensando que hubiera sido peor que se salieran con la suya”, que los “incidentes no agradables” que mencioné se referían al “intento de reelección presidencial”. El artículo finalmente deduce que yo soy una persona ingrata e infiel a sus amigos.

La flagrante tergiversación de mis palabras que está verdaderamente muy lejos de la realidad a lo que quise transmitir, y el ataque a mi persona son realmente lamentables: ese día (31 de marzo) el país vivió unos momentos muy tensos donde ocurrieron incidentes no agradables –refiriéndome a actos violentos y vandálicos, la quema parcial del Congreso y hasta la pérdida de una vida; la situación ese día bien pudo haber sido mucho peor, pero la cordura y la racionalidad imperaron, y la calma regresó. Aunque nos dolió mucho que quemaran el Congreso, edificio que nosotros aportamos para ser construido, pero aliviados que no llegó a peores circunstancias, y felicité al Paraguay porque viven bajo un sistema democrático que funciona. Interpretar mis palabras a equivaler que mi gobierno está “molesto” con el Gobierno paraguayo por “alentar el incendio parcial del Congreso”, o acusarlo de ser el “promotor” de la quema del Congreso carecen totalmente de fundamento. Igualmente el consuelo fue que la situación pudo ser mucho más grave, pero no empeoró, y nada tiene que ver con “hubiera sido peor que se salieran con la suya”.

Por eso quiero, por este medio, aclarar tajantemente que mis expresiones del 5 de abril nunca tuvieron la intención de criticar al Gobierno de la República del Paraguay, y aún menos al Señor Presidente de la República, Don Horacio Cartes. Ese día fui a Mburuvicha Róga para despedirme del Presidente Cartes, y agradecer todo el apoyo que el Señor Presidente y su gobierno brindó a mi gobierno y a mi persona durante mi misión en el país, y se resaltó la gran amistad y mutuo aprecio que existen entre los dos mandatarios. También repasamos lo mucho que se pudo lograr en los dos años y medio que estuve en el país, incluyendo la firma de tres importantes acuerdos, la mutua eliminación de visas, del incremento de la cuota de la carne vacuna paraguaya de 1.550 a 10.406 toneladas, de las becas universitarias de 14 a 40 plazas, del aumento al 100% del volumen de exportación paraguaya a Taiwán del año pasado comparado con 2016, así como de los avances de la creación de la universidad tecnológica en el país. Que yo salga de esa amena reunión y enseguida darle la espalda al Señor Presidente para criticarlo y expresar estar “molesto” con el Gobierno paraguayo ante la prensa no solamente carece de veracidad y de tacto diplomático, sino tampoco forma parte de mi carácter o mi educación como ser humano de ser desleal o ingrato. Yo respeto y apoyo la libre expresión de opiniones (¡la ventaja de vivir en una democracia!); pero, por favor, también pido que se respete mi integridad personal.

Mi esposa Karen y yo pasamos dos años y medio muy amenos en el Paraguay, nos vamos muy satisfechos de haber conocido a un país en pleno progreso con mucho potencial, y un pueblo con un gran futuro por delante. Por eso también quiero aprovechar este medio para despedirme de todos los paraguayos y agradecerles por el cariño, la hospitalidad y la amistad que nos han ofrecido. ¡Un afectuoso Hasta Luego a todos!

Estimado Señor Director, agradezco el espacio que me concede para brindar estas aclaraciones, y aprovecho la oportunidad para reiterarle mi más alta y distinguida consideración”, finaliza la carta.

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