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La entrada y salida al microcentro de Asunción se volvió ayer una tortura para cientos de automovilistas, que quedaron atrapados en medio de la interminable fila de vehículos generada debido a las marchas simultáneas que realizaron los funcionarios públicos –para pedir reajuste salarial– sobre varias arterias para llegar hasta las plazas frente al Congreso, donde se estudiaba el Presupuesto General de la Nación. La cola de autos se hizo interminable. Los agentes de tránsito no dieron abasto y los desvíos fueron pésimos, ya que la congestión empeoró.