/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/NXMWWEYFI5DC7PK77ODNGEJOLE.jpg)
Cargando...
La entrega del material impreso se realizó ayer en una de las oficinas de Naciones Unidas de la Capital.
En el resumen ejecutivo del censo se menciona que el promedio de edad de las personas privadas de libertad (PPL) es de 32 años en varones y de 36 años en mujeres.
Señala que el 16 por ciento de las PPL no lee ni escribe, lo cual se encuentra muy por encima del promedio nacional de 4.6 por ciento. Además, un 36 por ciento de ese grupo tiene la primaria incompleta.
El 14 por ciento se encontraba desempleado al momento de su detención, cifra también muy por encima del promedio nacional de 8.1 por ciento. Sin embargo, un 79 por ciento de la PPL manifestó que sí desea estudiar y capacitarse para el trabajo.
En el área de salud, los resultados del sondeo señalan que llama la atención que casi la mitad de la PPL presenta alteraciones emocionales significativas, como la tristeza y el miedo, lo que obliga a fortalecer la asistencia de psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales en un enfoque de salud integral.
Los procesados suman un 60 por ciento mientras que los condenados un 39 por ciento. El uno por ciento de las personas recluidas tienen ambos procesos.
Los datos también revelan que existe un 35 por ciento de reingreso al sistema penitenciario.
La viceministra de Política Criminal, Carla Bacigalupo, explicó que los datos del censo son tenidos en cuenta para encarar el proceso de reforma penitenciario que lleva adelante el Ministerio de Justicia.
Sostuvo que los indicadores en las áreas de salud, educación, empleo, seguimiento de la situación procesal y condiciones de vida de las personas privadas de su libertad, servirán también para diseñar los programas de intervención que apunten a mejorar la situación de la población carcelaria.
El organismo de Naciones Unidas entregó al MJ 1.000 ejemplares impresos del censo penitenciario.