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“Yo no entendía mucho lo que pasaba en presupuesto; recibía mi sobre y bueno. No recuerdo, cuando vine en el 2008 ese ya era mi salario”, dijo el legislador.
Precisamente en el periodo donde estuvo el diputado fue cuando más golpes hicieron al dinero de los contribuyentes al autoaumentarse sus salarios.
En el 2008, los diputados ingresaron a la Cámara percibiendo un salario de G. 16.248.100, dos años después se autoaumentaron G. 3 millones más en el rubro de “asistencia parlamentaria”, que fue creado para que los legisladores contraten a sus asesores. Así en ese año llegaron a ganar G. 19.248.100.
Los diputados de ese periodo, no contentos con el salario que iban a percibir, por tercera vez volvieron a tocar el presupuesto y dentro de asistencia parlamentaria se aumentaron G. 6 millones más, con la excusa de que iban a efectivizar el cupo de combustible que recibían mensualmente.
Tiempo después se develó que los diputados seguían percibiendo vales de combustible, los cuales supuestamente ya no iban a volver a percibir.
Ningún diputado de ningún sector denunció el beneficio extra que durante cada periodo lo hacían bajo reserva.
El diputado Pedro Alliana (ANR) inicialmente desistió de la intención de efectivizar el cupo de combustible tras las duras críticas de la ciudadanía.