HC quiere ser presidente y senador al mismo tiempo

El presidente Horacio Cartes y el vicepresidente Juan Afara se enfrentan a varios escollos legales, si se rehúsan a renunciar antes del 1 de julio de 2018 para jurar como senadores electos, si son habilitados por la Justicia para competir. Esto, pese a las claras prohibiciones constitucionales que les obligan a dedicarse exclusivamente a sus funciones y no realizar ninguna otra actividad, como por ejemplo campañas electorales.

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El primer problema para el presidente Cartes lo constituye el artículo 189 de la Constitución, que establece qué función pública única desempeñarán quienes ejercieron la presidencia de la República, dada la inexistencia de la reelección. Dicho artículo dice que los expresidentes “serán senadores vitalicios de la nación”, por tanto esta disposición alcanza también a Nicanor Duarte Frutos.

El comentario del entonces convencional constituyente Bernardino Cano Radil (colorado) señalaba sobre este artículo: “Estamos diseñando una norma constitucional, que tiene antecedentes constitucionales en democracias estables en otras latitudes del mundo, y que realmente puede ayudar a favorecer el desarrollo de las instituciones democráticas”. Agregó que a una persona que ejerció la presidencia no se puede dejar archivada en la historia para siempre, por lo que abogó por abrir este espacio para que pueda seguir colaborando desde ese puesto.

El segundo inconveniente que tienen el presidente Cartes y el vicepresidente Juan Afara es el artículo 237 de la Constitución que establece las incompatibilidades para ejercer el cargo. “El presidente de la República y el vicepresidente no pueden ejercer cargos públicos o privados, remunerados o no, mientras duren en sus funciones. Tampoco pueden ejercer el comercio, la industria o actividad profesional alguna, debiendo dedicarse en exclusividad a sus funciones”. 

Suponiendo que la realización abierta de campaña electoral no signifique cargos públicos o privados y tampoco comercio, industria o actividad profesional, ¿cómo harán el presidente y el vice para justificar dichas actividades teniendo en cuenta que deben dedicarse exclusivamente a sus funciones? No pueden alegar ni fuera de horario, fin de semana, feriado ni vacaciones como pretextos para hacer otra cosa.

Si se diera el caso de que el presidente no fuera impugnado como candidato a senador –o que si se lo impugnara finalmente la justicia lo habilite como candidato a senador activo– se encontrará con el problema de que es senador electo y presidente de la República. Naturalmente no podrá jurar como senador siendo presidente de la República.

Teniendo en cuenta que los senadores juran el 30 de junio, que el presidente electo el 15 de agosto, entonces el presidente y el vicepresidente deberían renunciar antes del 15 de agosto para que tengan tiempo de: 1. Que el Congreso les acepte la renuncia, sin cuyo requisito la renuncia no es válida; 2. Que el Congreso nombre a un nuevo vicepresidente que reemplace a Afara, si este renuncia antes que Cartes; 3. Que el vicepresidente designado (en vez de Afara) jure como presidente (en vez de Cartes); 4. Que el Senado tome juramento a Cartes y a Afara como senadores titulares.

Si no renuncian antes del 15 de agosto, el plazo que establece el reglamento interno de la Cámara de Senadores para que puedan jurar es de 45 días, que vence el 14 de agosto. Es más fácil que Afara renuncie a su actual cargo antes del 1 de julio y que el Congreso lo apruebe a fin de que pueda jurar en tiempo y forma antes que Cartes haga lo propio. La razón es sencilla: no se sabe a quién nombrará el Congreso como sustituto de Afara, que deberá ser el sustituto de Cartes llegado el momento de que este renuncie a la presidencia, además del detalle de la inseguridad de que el Congreso apruebe su renuncia.

Finalmente, todo dependerá de que el actual presidente logre una buena elección en el 2018 que le permita contar con mayoría en el próximo Congreso y que con ella repita, o intente hacerlo, los abusos de poder ignorando las normas vigentes con simples mayorías de votos.

Esto no se descarta si el cartismo convierte a Cartes en el senador colorado más votado, Frente Guasu haga lo mismo con Fernando Lugo y el liberalismo, lo propio con Blas Llano, conformándose de nuevo la réplica de la trilogía usurpadora que en este período atropelló las mesas directivas de las Cámaras, impuso nuevos representantes en el Consejo de la Magistratura y en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, y ahora a punto está de definir el turno en el Ministerio Público, entre otras cuestiones.

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