La agricultura en el Paraguay (II)

En esta segunda y última parte de la nota sobre la agricultura en el Paraguay se aborda el desarrollo de esta actividad desde los tiempos de la dictadura de Alfredo Stroessner, el valioso aporte de las misiones técnicas de Taiwán y Japón.

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Además, un panorama del cultivo empresarial y el desafío que este sector de la economía tiene por delante para seguir creciendo.Según el Dr. Emiliano Alarcón, ingeniero agrónomo y doctor en genética y estadísticas, durante la dictadura de Alfredo Stroessner, el Ministerio de Agricultura realizó un trabajo técnico muy fuerte. Se salía al campo y el gobierno tenía un programa para el trigo, el algodón, la caña de azúcar, el tabaco, la soja, entre otros rubros.      

"Sostengo que después de 1989, empeoró la situación del campesino porque se cambiaron las reglas de juego. En la época de la dictadura había precios mínimos, los insumos tenían un dólar preferencial más bajo que el dólar del mercado. Esto hacía que el costo de producción disminuyera. Cuando todo esto se suprimió y los costos de producción subieron extraordinariamente, los agricultores se empobrecieron aún más".

Cooperación internacional

En la agricultura paraguaya es de vital importancia la cooperación extranjera. Según datos de la Embajada de Japón, en 1960 la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) adquirió terrenos en  el  hoy distrito de Pirapó, Itapúa, donde se asentaron 26 familias japonesas, y otras 87.000 hectáreas en Yguazú, Alto Paraná, constituyendo la colonia más grande de inmigrantes japoneses en el país.      

El principal objetivo fue incrementar la producción de soja en el Paraguay. El Gobierno del Japón impulsó  la creación  del CRIA (Centro Regional de Investigación Agrícola), CEMA (Centro de Mecanización Agrícola) y CEDEFO (Centro de Desarrollo Forestal), en el departamento de Itapúa, con miras a obtener nuevas especies de soja, aptas para el cultivo en el Paraguay, y además ha brindado su asistencia para la construcción de caminos, electrificación y otros numerosos proyectos, para  la producción y comercialización de este grano.      

Igualmente en las últimas décadas del siglo XX, la Misión Agrícola de Taiwán –que inició sus actividades en nuestro país en 1971– realizó tareas de apoyo al pequeño productor en las diferentes áreas del país, dando asesoramiento técnico, teórico y práctico, creando más de 30 centros de asistencia técnica en Paraguay. El Gobierno de Taiwán también ha efectuado importantes donaciones para impulsar la agricultura en el país, principalmente para la floricultura y la frutihorticultura.      

Hoy, un sector en crecimiento     

En el año del Bicentenario, todo indica que la agricultura, como sector económico seguirá creciendo. En el 2009, el rubro sufrió una caída del -3,8%; pero de la mano de una exitosa cosecha de soja, en el 2010, este sector se recuperó, llegando a un total de 49,9% en importancia dentro del PIB. Según estimaciones, la cosecha de soja este 2011 será récord.   

Tomando los 13 principales rubros de producción agrícola del país en la actualidad,  en la zafra 2009-2010 tuvieron aumento significativo respecto al periodo anterior, la soja, mandioca, trigo, caña de azúcar, poroto, girasol, arroz con riego, sésamo y tártago, mientras que presentaron una reducción, el algodón, el maní, el maíz y el tabaco. Paradójicamente, decrecieron los rubros que fueron los más importantes a  inicios de la vida independiente.     

El  Marco Estratégico Agrario 2009-2018 del MAG (Ministerio de Agricultura y Ganadería) tiene como premisa y gran desafío que el desarrollo agrario, debe ser diseñado e impulsado, bajo un enfoque que integre el crecimiento del producto interno sectorial, con la dimensión social y ambiental, como concepto central para el desarrollo incluyente y estable del país, superando persistentes asimetrías y exclusiones.      

Dos realidades  

Haciendo un análisis de la situación actual del sector, Alarcón señala hoy dos agriculturas totalmente diferentes en el Paraguay. "Una, la mecanizada que tiene un presente y grandes posibilidades de futuro. La otra es la agricultura campesina que no tiene ni siquiera presente; por lo tanto, no podemos hablar de futuro. ¿Qué haremos cuando haya más campesinos que sigan sin educación, sin alimentación, sin rutas transitables, sin puentes, sin tierra, por la desidia de diferentes gobiernos?".        La agricultura empresarial y tecnificada creció con fuerza por estar en condiciones de utilizar nuevas tecnologías de alta eficiencia. Además –sigue diciendo Alarcón–, la organización en cooperativas de los medianos productores permite comercializar a mejores precios sus productos o comprar insumos más baratos. Incluso, comenzaron a industrializar parte de sus productos dándoles valor agregado.      

Según el experto en Agricultura, el sésamo es el rubro que resulta más rentable al pequeño productor. "El sésamo reemplazó al algodón. Otros campesinos cultivan un poco de todo, pero siguen pasando grandes necesidades. El Gobierno tiene que definir políticas a largo plazo, tiene que invertir en el campo, porque la agricultura en sí no es una solución y puede ser un problema. Teniendo en cuenta que el agricultor tiene muy poco ingreso, hay que reducir el campesinado. En todos los países desarrollados del mundo tienen entre 3 ó 5% de campesinado, el resto está en la industria o en los servicios. En Paraguay, el 40 ó 50% es campesinado".      

Insiste además en la importancia de diversificar la producción y en entrar fuerte en la agroindustria para transformar los productos del campo y dar ocupación a jóvenes que hoy se ven obligados a emigrar a España, Argentina, Estados Unidos por falta de trabajo: "No evolucionamos. Las instituciones se han creado, pero no han sido fortalecidas, viene un ministro nuevo y cambia todo. La tecnología en la agricultura necesita años de trabajo para ser transferida a los campesinos, pero pareciera que la política es más importante que el conocimiento", lamenta.      

Pero además, en los últimos años el campesino paraguayo se descompuso a causa del asistencialismo político que llegó a su máxima expresión de la mano de caudillos de cada zona: "Esto es muy perjudicial y ha incorporado factores distorsionantes".      

Otro gran problema de los últimos años –cuenta– son los dirigentes agrarios que imponen lo que se debe hacer, qué tierra se debe expropiar, a qué agricultores hay que asistir, cuando esas deben ser políticas del gobierno y no de algunos líderes que buscan mejorías y beneficios personales.      

Por otra parte, menciona que la agricultura está caracterizada por su gran aleatoriedad. Hay factores imponderables como las sequías, las plagas, enfermedades, exceso de lluvias o los mercados. El campesino paraguayo no está en condiciones de enfrentar esos problemas, pero aun así, su principal enemigo es la falta de una política de desarrollo rural.

1- Hoy en el Paraguay conviven dos agriculturas diferentes: La empresarial, que atrae capitales y tecnología, y la campesina, relegada desde hace 200 años a causa de los vaivenes de la política.

2-  Las hortalizas fueron introducidas por los colonizadores españoles; sin embargo, la gente del campo no estaba acostumbrada a consumirlas. Solo se utilizaban cebolla, ajo, perejil y repollo.

3-  De la mano de la soja, la agricultura como sector económico volverá a tener un crecimiento importante en el año del Bicentenario y es uno de los principales renglones de la exportación.
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