Médicos atemorizados ante las represalias del decano

Los más de 100 médicos que firmaron un comunicado en el que pedían transparencia administrativa al decano de la Facultad de Medicina-Hospital de Clínicas están atemorizados luego de las actuaciones de las autoridades, quienes están pasando facturas a los críticos de la institución. El decano se refugia en su poder político y en su logia para hacer lo que se le antoja.

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Luego de las denuncias de irregularidades en la Facultad de Medicina-Hospital de Clínicas, el decano Aníbal Peris Manchini dispuso algunas correcciones inmediatas. Como por arte de magia aparecieron los insumos, las camas, los acondicionadores de aire y comenzaron a limpiar los pisos y paredes. Es decir, intentaron limpiar la cara del hospital, por lo visto ese presupuesto antes era destinado a otros menesteres. Pero los manejos poco transparentes en las licitaciones, en los concursos, en la selección de personal, en el otorgamiento de cátedras e incluso en los exámenes, continúan igual o peor.

La institución sigue siendo manejada por una claque que tiene a la cabeza a Aníbal Peris, excandidato a senador por el Movimiento Compañeros Colorados del senador Juan Carlos Galaverna, además miembro de la masonería.

Peris se jacta permanentemente de sus influencias políticas y masónicas. Los componentes de la claque son además los hermanos Ibarrola (Emiliano y Jaime), este último “hermano” masón del decano y actual director de admisión de la facultad con sede en Santa Rosa del Aguaray. El otro hermano es miembro del consejo directivo. A este grupo se suman el vicedecano Luis Bogado Yinde y el director del hospital Hugo Arellano.

Los más de 100 médicos que habían firmado un comunicado, luego de las denuncias periodísticas del mal manejo administrativo de la institución, en el que habían solicitado al decano el esclarecimiento de los hechos y un manejo transparente de los recursos, están hoy atemorizados por las constantes amenazas que reciben y el pase de factura que ya están siendo objeto algunos médicos, que fueron tratados como desgraciados por Peris.

Tal es el caso de la profesora doctora Marta Cabrera Cubilla y profesor doctor Carlos Arbo Oze de Morvil, quienes fueron objeto de un sumario administrativo por el supuesto hecho de irresponsabilidad en el desempeño de sus funciones.

Esta medida fue tomada de manera arbitraria por el decano y su consejo, ante la presunción de que ambos médicos serían quienes supuestamente filtraron información a la prensa sobre las desprolijidades administrativas en la institución.

El otro hecho que preocupa a los profesionales es lo sucedido con dos médicos del área de Urgencias, Omar Aguayo y Carlos Arce, quienes habían sido sometidos a un sumario administrativo por el solo hecho de haber reclamado la falta de guantes para trabajar.

Este sumario, irregular desde todo punto de vista, ya que casi tuvo más de 10 meses de duración, concluyó en que ambos médicos deben ser despedidos de la institución.

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