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Tras la liberación del joven Arlan Fick, el 25 de diciembre del año pasado, se aguardaba con expectativa que ocurriera lo mismo con el policía. También se especulaba con la posibilidad de que la Fuerza de Tarea Conjunta, instalada hace más de un año en la zona norte del país, intensificara las investigaciones o impulsara algún operativo para intentar su rescate.
Sin embargo, hasta el momento, no hay ninguna novedad en ese sentido.
El EPP secuestró a Morínigo el 5 de julio del 2014 y nunca llegó a pedir dinero para su retorno con sus familias. El único planteo que hizo público el EPP fue el de canjear al policía por seis de los miembros del grupo criminal que se encuentran presos. Desde el Gobierno nunca se consideró siquiera esa posibilidad. El EPP amenazó con matar al agente pero, afortunadamente, no cumplió ese anuncio.
Fuentes de la fuerzas de seguridad dicen apuntar al rescate del secuestrado, pero ni siquiera hay versiones de que sepan con exactitud el lugar donde mantienen a Morínigo en cautiverio.
Los familiares del suboficial expresaron en varias ocasiones que no cuentan con el respaldo de las autoridades tal como otras familias que pasaron por el secuestro de algunos de sus miembros. Atribuyen ese supuesto menor interés al hecho de que se trata de una familia humilde, de escasos recursos económicos.