Altos jefes de la Armada estarían envueltos en el ordeño de combustibles

Un llamado telefónico grabado por nuestro diario al jefe de la Prefectura Naval de San Antonio, suboficial principal Marcial González, es uno de los más fuertes indicios de que el robo de combustible cuenta con la participación y protección militar.

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Apesa denunció ayer que volvió a florecer el ordeño con el cambio de autoridades y hablan de evasión que llegaría a los G. 16.000 millones.

Era la 1:38 de la madrugada de ayer cuando el suboficial Marcial González, jefe de la Prefectura Naval de San Antonio, siguió el hilo de una conversación de la periodista de nuestro diario en que le planteamos el pago de la carga “colectada” durante el ordeño nocturno de combustible y pedíamos más cargamento.

Bajo el seudónimo de Rubia (una de las clientes más populares que tendría González para la salida del gasoíl) llamamos al militar para confirmarle la cantidad de litros obtenidos en la “cosecha”. Sabedores de que hay dos intermediarios de nombres “Martín” y “Ricardo”, le dejamos en claro que habían “salido” 13.000 litros, producto del robo, y que Martín le llevaría el dinero. “Hee, bueno”, contestó el militar, que además se dio el lujo de preguntar si los 13.000 eran el total de la carga.

Le contestamos: “El tot… no sé, la verdad ¿Oî pio segunda carga o una nomás?”, preguntamos curiosos. El hombre ni corto ni perezoso contestó: “Upéa entero”. Consultamos si habría una segunda carga en la noche/madrugada del martes y miércoles y afirmó no saber. Cuando preguntamos si cuándo saldría la segunda carga, ya se puso en guardia y preguntó quiénes éramos. Tras unos segundos de notar su desconfianza le explicamos que habíamos equivocado el número.

Apesa ayer no titubeó para responsabilizar a la Armada del aumento de los casos de ordeño de combustible con los que se estarían evadiendo unos 16.000 millones de guaraníes en concepto de impuestos. Según el gremio empresarial de propietarios de estaciones de servicios, desde que hubo cambio de autoridades en la Armada recrudeció el robo de gasoíl. De hecho, responsabilizan al capitán Antonio Vallejos Abadíe, en el pasado imputado por ordeño de combustible, de que el flagelo haya recrudecido.

Pero los militares no son los únicos. Lamentable fue la actuación policial el martes en horas de la noche en San Antonio ya que la policía parecía más bien vigilar los movimientos de los periodistas que estar preocupados por investigar el robo que habíamos denunciado. El propio jefe policial de la comisaría de San Antonio, Crio. Sergio Paredes, se presentó pero ya inclusive después de que llegaran los asistentes fiscales Celso Pérez y Liliana Barrios (la fiscala de turno, María José Pérez, nunca se presentó y ayer en horas de la mañana dijo que si los periodistas no denunciamos la preparación de un ilícito es un hecho punible).

Quizá la funcionaria ignora que fuimos precisamente los periodistas quienes llamamos a las 23:31, puntualmente, a comunicar que habíamos hallado in fraganti el robo de combustible en el río.

El equipo periodístico de fotógrafos y periodistas que cubrió la denuncia, además de guiar a los asistentes fiscales hasta el mismo terreno de los hechos, tuvo también que soportar interrogatorio policial. Un vehículo blanco, sin chapa y sin logotipo y con un policía a bordo, se presentó mientras se hacía la segunda inspección para preguntar a una de los periodistas su número de celular, la dirección de su casa, sus años y hasta su estado civil.

Cabe recordar que poco después de las 23:00 del último martes, un equipo de periodistas y fotógrafos de nuestro diario se llegó hasta dos de los atracaderos del río Paraguay en la ciudad de San Antonio. En uno de ellos se halló la lanchoneta con miles de litros de combustible ordeñados esa misma noche y que estaban siendo descargados a través de bombas hidráulicas y cañerías hasta una casa de la zona.

En otro de los atracaderos se halló otra embarcación cargada de combustible presuntamente robado también en otra operación de la misma noche solo que un poco más temprano. El producto también esperaba su turno de descarga cuando fueron sorprendidos por los equipos de ABC Color.

Tras ser sorprendidos en la flagrancia de su operativo, los hombres abandonaron el lugar, pero igual fueron fotografiados dos vehículos. Uno de ellos, un jeep Korando color verde olivo con chapa AUX533, pertenecería a Alfredo Francisco Da Silva López. Mientras la camioneta pickup que fue utilizada para la huida del personal que descargaba el combustible tenía la chapa BBB456, atribuida a José María Riveros Lezcano, una camioneta Jinkai de color marrón.

Al final del día de ayer se anunciaban barridas en la Prefectura de San Antonio, inicio de sumarios en las empresas privadas e indagaciones a los capitanes de los remolcadores de donde se habría sustraído el combustible.

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