Utilizaron cortinas del Palacio como bandera para rendición

Jóvenes conscriptos fueron los más expuestos en los combates para la gesta libertadora del 2 y 3 de febrero. El comisario Pedro Jara recordó que le tocó defender el Palacio de López por más de 10 horas. El concejal de Villa Hayes Julio Rolón dijo que recibió la orden de disparar a civiles.

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PILAR (Clide Noemí Martínez, corresponsal).Para el comisario principal Pedro Jara, actual jefe de policía de Ñeembucú, la noche del 2 de febrero quedará eternamente en su recuerdo. Siendo suboficial (22 años) estaba asignado a la guardia en el Palacio de Gobierno, uno de los objetivos de los revolucionarios.

“El tiroteo se inició a las 18:00 aproximadamente. Fue una noche dura, estábamos en una oscuridad total y los disparos eran interminables. Fuimos atacados por los tanques y desde el río recibíamos el impacto de los morteros de la Marina. Nos defendíamos como podíamos, con armamentos inferiores. Nos protegíamos en los sótanos y nos movilizábamos arrastrados”, dijo.

Recordó que el martirio culminó recién a las 04:30 del 3 de febrero, cuando se entregaron utilizando las cortinas del Palacio como banderas, como señal de rendición. Lamentó la muerte de un camarada que fue alcanzado por las balas de los complotados. “Ojalá que nunca se repita un enfrentamiento armado entre compatriotas. A los que perdimos a nuestros camaradas y amigos, la fecha nos trae recuerdos ingratos”, dijo.

Tuvimos que disparar a civiles inocentes

BENJAMÍN ACEVAL (Rocío Portillo, corresponsal). El concejal municipal Julio Rolón (PLRA), de esta localidad, nos relató sobre su participación en el golpe del 2 y 3 de febrero de 1989, cuando se desempeñaba como cabo 2°. Sostuvo que bajo engaños fueron instruidos para derrocar al dictador. Las prácticas se realizaban en el entonces Regimiento de Caballería de Cerrito, 3 meses antes del golpe.

El excombatiente sostuvo que las instrucciones militares terminaron el 1 de febrero y a las 15:00 tuvieron una reunión en el pabellón del cuartel, en donde se les indicó que la preparación que tuvieron es para el derrocamiento de Stroessner.

Ya en la capital, en medio del fuego cruzado, tuvieron que matar a civiles que no respetaban la orden de no pasar la valla perimetral, además el enfrentamiento que se estaba dando era todos contra todos, la situación se tornaba insostenible. Es una historia que muchos desean olvidar, y jamás contar, por la vergüenza, dijo.

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