Visita de Papa ayudó a recuperar la cultura de la minga, dijo arzobispo

El arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela, quien anoche recibió el palio, destacó que la visita del Papa Francisco a nuestro país ayudó a recuperar la cultura de la minga y el jopoi, en el compartir. El ornamento le fue impuesto por el nuncio Eliseo Ariotti, durante una misa oficiada en la Catedral Metropolitana. Le pidió ir al encuentro de la ovejas descarriadas.

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Con la presencia de la mayoría de los obispos del Paraguay y fieles de la Arquidiócesis, Mons. Valenzuela recibió anoche el palio, un ornamento que utilizan sobre el hombro los arzobispos metropolitanos.

El palio le fue impuesto por el nuncio apostólico, Mons. Eliseo Antonio Ariotti, quien le pidió vivir en comunión con el Papa e ir al encuentro de las ovejas descarriadas. Esta ceremonia debió realizarse el domingo, pero se postergó para ayer debido a que el arzobispo se encontraba en Colombia, y por problemas de vuelo, no pudo llegar a Asunción.

En su homilía, Valenzuela destacó el acontecimiento de la imposición, que calificó como “la prologación de la fiesta de la visita del Papa a nuestro país”. En ese sentido, sostuvo que la presencia del sucesor de Pedro ayudó a recuperar la cultura de la minga y el jopói, en el compartir; porque cada uno, cada grupo, cada familia, cada comisión de trabajo, ha puesto lo mejor de sí para el éxito de su visita: su dedicación, su creatividad, su fe, su oración, su sacrificio, su cansancio.

“Nuestro siglo y nuestro ambiente de globalización continúan viviendo la misma contraposición religiosa: o el Dios de Jesucristo y su Iglesia o los ídolos con sus nuevos templos, funcionarios y ritos de los shoppings, night club, moteles, narcotraficación, narcopolítica, adoradores de personas y de objetos materiales”, dijo en otro momento. Agregó que es tarea de los cristianos quebrar esos ídolos con la persuasión evangélica de la verdad y de la misericordia. “Hemos estado de fiesta durante la visita papal. Una fiesta extraordinaria que ha sido un verdadero renacer de la fe cristiana y eclesial de nuestro pueblo. Supimos lo que es la Pascua, la dicha de la resurrección del Señor que se hizo realidad en nuestra historia”, indicó. Agregó que con total independencia y autonomía, Iglesia y Estado “hemos protagonizado una realidad nueva y sorprendente. Juntos podemos alcanzar grandes metas al servicio del único pueblo de Dios”, apuntó.

El palio es un “signo litúrgico de la comunión que une a la Sede de Pedro y su Sucesor con los metropolitanos y, a través de ellos, con los demás obispos del mundo”, decía del ornamento el hoy papa emérito, Benedicto XVI.

Valenzuela invitó a todos los obispos y sacerdotes presentes a ser colaboradores de una Iglesia cada vez más misionera al servicio de la vida del mundo.

El arzobispo es en Paraguay la máxima autoridad de la Iglesia. Es presidente de la Provincia Eclesiástica del Paraguay, que está a la vez integrada por doce diócesis y dos vicariatos apostólicos.

Actualmente la jerarquía está trabajando en la creación de más provincias eclesiásticas que sería en Encarnación o Concepción como sede arzobispal. Está además en proyecto la creación de más diócesis como el de Caazapá, Canindenyú y Amambay.

Anoche, Mons. Valenzuela oró para que la Iglesia en Paraguay vaya creciendo en más circunscripciones eclesiásticas, en más sacerdotes y en más familias unidas.

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