¿Y la medallita para Pastor Coronel?

Humberto Núñez, el comisario al frente de la Policía Nacional, demostró ayer su verdadera hilacha cuando retiró la medalla otorgada al difunto comisario torturador y garrotero Carlos Schreiber y lo justificó con una carta que resultó más ofensiva que la propia medallita.

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Núñez comunicó al país que retiraba la condecoración a pedido de la familia del difunto y justificó la medalla diciendo que se la habían dado porque Schreiber tuvo una "brillante" foja de servicio policial.

Ni una gota de humildad para reconocer el error. Ni un mínimo de arrepentimiento ni sentido de oportunidad: Una burrada, un balde de arrogancia, petulancia, prepotencia y hasta blanqueo del terror.

¿Cómo Schreiber no va a tener una foja de servicios policiales "brillante" si cumplió a cabalidad con la dictadura stronista? Sus gritos de "mátenlos, mátenlos!!" mientras golpeaba su fusta y se paseaba despacio entre quienes caían o corrían frente a él todavía resuenan en nuestros oídos. Su presencia en sesiones de tortura, con el pantalón metido bajo la bota, y su "pejuka ko comunista kóa!!" todavía resuenan.

Es cierto lo que dice Núñez: Schreiber fue "brillante". Garroteaba y hacía garrotear maravillosamente y sus sesiones de tortura eran las mejores y más pulcras. ¿En qué parte de su "brillante" foja de servicios figura eso? ¿En qué páginas, párrafos? ¿Está en el índice o en el prólogo de su foja de servicios policiales?

Una cosa es que el 2 y 3 de febrero del 89 nos hayamos abrazado y perdonado gua’u entre todos. Otra cosa es una burla policial petulante y soberbia como la que ayer desplegó Núñez en la carta que retiró la condecoración.

Sabemos que todavía hay policías en actividad que hoy son nuestros "amigos" y antes nos pegaban, ¡pero no abran nuestras heridas!
Es un insulto haber mezclado a los héroes policiales de hoy con los torturadores del ayer.

Núñez, puede estar usted seguro que, mientras prendía una medallita del pecho de los policías héroes del Ycuá Bolaños, muchas almas sobrevivientes rezaron agradecidas por estos valientes. Pero puede también tener la certeza de que mientras condecoraba a Schreiber, Ud. revolcó a varios muertos y a muchísimos vivos que para su desgracia siempre recordaremos quién era Carlos Schreiber, comisario general, torturador de la Policía Nacional del Paraguay.

A propósito, ¿para cuándo la medallita para Pastor Coronel? Su foja de torturas ha sido más que brillante.


Mabel Rehnfeldt
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