“Cada escenario es un mundo por descubrir”

Quienes escucharon a Roscer Díaz, dicen que el joven músico lleva al espectador a un paseo sensorial que deja con sabor a querer más. Su talento germinó en sus años de niño, cuando escuchaba a su padre, el profesor Carlos Díaz. “Mis padres eran profesores de música y tenían una escuela, San Carlos, en la que inculcaban a los niños el amor hacia el folclore paraguayo. A esa institución, también iba yo y, allí, comencé a interesarme por la música”, revela Roscer.

Fue su papá quien le enseñó todo lo relacionado con la guitarra. Después, estudió con Alejo Benítez Franco, ya en el requinto. “Luego, pasé un buen tiempo sin profesor, pero estudiando de oído, mucho de lo que hoy sé. Hasta hace poco, estuve un tiempo por el Conservatorio Nacional, aunque tuve que dejarlo por cuestiones de trabajo”, confiesa.

Eligió ser requintista porque siempre le atrajo, desde muy pequeño. “Mi padre tenía un grupo y en él había un requintista llamado Cirilo Ávila, quien fue mi inspiración hacia ese instrumento”, cuenta.

Dice que su mayor ambición es “llenar un estadio, así como lo hacen tantos íconos mundiales”. Mientras espera su momento de gloria, experimenta todos los géneros y busca su estilo. Sus influencias se basan en todas las expresiones musicales paraguayas: guaranias, rasguidos dobles, polcas, entre otras. “Ya de grande empecé a escuchar otros estilos y a abrir mi mente en cuanto a la concepción musical, oía a artistas, como por ejemplo: Luis Salinas, Tomatito, Chango Spasiuk; y de Paraguay: Óscar Nelson Safuán, Lizza Bogado, Pérez Cardozo, Quemil Yambay, por citar algunos de tantos”, expresa el joven músico.

Rigoberto Arévalo, Juan Cancio Barreto, Maelo Gómez y Panchi Duarte son otros referentes de Roscer Díaz. “Son grandes talentos nacionales que están dejando una huella en la historia musical de nuestro país. Inspirarme en ellos es una motivación absoluta”, admite.

Su vena compositora palpita. “Ahora, estamos en la etapa de preproducción del cuarto disco que, luego del concierto, ya Dios mediante, estaremos trabajando en ello para que sea una linda sorpresa para la gente”, anuncia.

Por de pronto, este martes 31, a las 20:30, en el Teatro Municipal Ignacio A. Pane actuará junto con Juan Cancio Barreto y Hebert Cáceres en el gran cierre del ciclo de verano 2015. “El show será muy dinámico, con sorpresas que quedarán para siempre en el recuerdo de la gente. Tanto Cancio, Hebert, Jagua ha Pirãi –dúo cómico que también actuará– estamos muy emocionados”.

No es la primera vez que el músico comparte escenario con Juan Cancio. También estuvo con Francisco Russo, Quemil Yambay, Marcelo Rojas, Rolando Chaparro y otros grandes íconos nacionales. En el ámbito internacional, si bien no compartió escenario, tuvo la oportunidad de intercambiar pareceres con el Chango Spasiuk, en el Festival del Chamamé; con Abel Pintos, en el Festival del Malambo y con Soledad Pastorutti, también en el del Chamamé.

Pero no todos son rasguidos en su vida. “Juego al fútbol y hasta creo que soy bueno”, dice entre risas.

Trabaja en la ASO-BNF desde hace cinco años y está próximo a culminar la carrera de Administración en la Universidad Nacional de Asunción; además, dicta clases de guitarra en una cooperativa. “Me gusta la guitarra y el requinto, por eso, dentro de poco, planeo abrir mi academia. La música es mi refugio en momentos difíciles, me da momentos felices que guardo siempre en mi corazón. Cada escenario que piso es un mundo diferente por descubrir, eso es lo lindo de todo esto... La música es lo que le da sentido a mi vida”, agrega.

Es fascinante ver a jóvenes músicos de la nueva generación que sobresalen a partir de la tradición. Roscer está trazando su camino con creatividad, inspiración, de manera a transformar el universo musical.

ndure@abc.com.py