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Napoleón I (1769-1821) Napoleón Bonaparte. Emperador francés.
“El porvenir de un hijo es siempre obra de su madre”.
Gustave Flaubert (1821-1880). Escritor francés.
“La patria, posiblemente, es como la familia: solo sentimos su valor cuando la perdemos”.
Abraham Lincoln (1808-1865). Político estadounidense.
“Todo lo que soy o espero ser se lo debo a la angelical solicitud de mi madre”.
Voltaire (1694-1778). Filósofo y escritor francés.
“Debemos amar a nuestro país aunque nos trate injustamente”.
La reina que fue rey
María Teresa de Austria (1717-1780), hija de Carlos VI, fue nombrada heredera de los territorios patrimoniales de la casa de Austria y los reinos de Bohemia y Hungría desde su nacimiento, gracias a la Pragmática Sanción de 1713. Su advenimiento al trono, en 1740, no fue fácil, debido al estallido de la Guerra de Sucesión de Austria. La contienda, que no fue sino el reflejo de los enfrentamientos entre las principales potencias europeas, supuso una dura prueba para la joven reina, quien logró, gracias a su extraordinaria inteligencia, que sus derechos fueran reconocidos en toda Europa tras la firma de la paz de Aquisgrán y que su marido, Francisco de Lorena, recibiera el título de emperador. Enfrentada durante la mayor parte de su reinado con el rey de Prusia, Federico II, en la Guerra de los Siete Años y la Guerra de Sucesión de Baviera, María Teresa, gracias al extraordinario manejo de la diplomacia, consiguió mantenerlo alejado de sus territorios, aunque perdió el control de la importante zona industrial de Silesia. Defensora de la creación de un Estado fuerte y centralizado, durante los años que permaneció en el poder llevó a cabo importantes reformas que contribuyeron a mejorar no solo la situación política austríaca, sino también la económica.
Madre de 16 hijos –una de ellas fue la reina de Francia, María Antonieta–, María Teresa fue reina de Hungría en una época en la que no se admitía que reinasen las mujeres. Cuentan que cuando la soberana llegó a Budapest para tomar posesión de la herencia paterna, los nobles y el pueblo húngaros la aclamaron con esta histórica frase:
–¡Viva nuestro rey, María Teresa!
(*) Fuentes:
http://proverbia.net
Recopilación: mpalacios@abc.com.py