Crónica de la muerte de un hereje

“Si te invitan a un debate con Christopher Hitchens, no vayas”, afirmaba el biólogo y divulgador científico Richard Dawkins, sobre uno de los más grandes polemistas del siglo XX e inicios del XXI. En Mortalidad sabremos por qué.

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Es común conocer la idea que tienen los religiosos, especialmente cristianos, con respecto a la muerte. Resignación y profunda tristeza, pero a la vez con ganas de ser recompensados en el más allá protagonizan los últimos días de los creyentes. ¿Pero si la muerte le llega a un famoso ateo? En estas páginas crudas, magistralmente escritas, el escritor y periodista Hitchens (Dios no es bueno y Dios no existe) nos muestra cómo enfrenta al cáncer de esófago pocos meses antes de su deceso. En una crónica argumentativa de la muerte, el polemista relata sus momentos de decepción y de esperanza en cuanto se entera de su grave enfermedad.

En Mortalidad, Hitchens no hace un show barato de su dolencia ni se presenta como un resentido contra el mundo porque está consciente de su situación, sino todo lo contrario, muestra su condición humana de manera elegante y elocuente, con una fineza estilística pura, fiel a su estilo. Relata el momento en que se enteró en 2010 de su enfermedad, de cómo le llovieron decenas de buenas intenciones y otras de malas, como las que le indicaban que el cáncer era un castigo divino por haber blasfemado tanto tiempo a la religión. Y es que el escritor era activista del ateísmo duro. Algunos fundamentalistas insistían en que finalmente ardería en el fuego del infierno.

Hitchens, uno de los cuatro jinetes del nuevo ateísmo, a pesar de los vaticinios de líderes religiosos, no claudicó en sus ideas. Deja constancia de que a pesar de los dolores y de reconocer su mortalidad, de su cuerpo que dejaría de responderle cada vez más, no creía en un dios, no aceptaba la idea de tener que arrodillarse al “dictador celestial”, como lo llamaba. En esta obra, inconclusa por su muerte, el escritor trata de derribar los mitos clásicos del miedo a morir y lucha, a pesar de todo, contra la ignorancia. Hitchens se muestra valiente hasta en sus últimos párrafos.

Mortalidad es una recopilación póstuma de algunos artículos escritos en Vanity Fair entre 2010 y 2011, que contiene, además, un epílogo fulminante y conmovedor de su esposa, Carol Blue, en el cual se asegura que el periodista no se convirtió al final de sus días, y en el cual, aunque tenía esperanzas, reconocía sus grandes limitaciones. Blue también recuerda que el autor le pedía libros de Nietzsche y de Chesterton y que no se dejó estar. Pero, Mortalidad es mucho más que una simple compilación, es un conjunto de ensayos de una persona firme y coherente, de un hombre que pudo plantarse ante grandes estructuras y criticar sin temor, de un soñador que también buscaba algo mejor para sus hijos y de un combatiente por la razón. Este diciembre se cumplen tres años del fallecimiento de Hitchens y leer su última obra es un gran homenaje para alguien que no le tuvo miedo ni a la Iglesia ni a la muerte.

equintana@abc.com.py

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