Educar con música

El Movimiento Pu Joa, creado por jóvenes motivados para contribuir culturalmente con la sociedad, cumple cinco años. En este tiempo han organizado conciertos, cursos, talleres con renombrados músicos; estrenado obras, lanzado un disco, y ahora van por más.

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Al hacer un recuento de todo lo que han logrado en cinco años, sus integrantes afirman no haber iniciado con una meta o pensado hasta dónde querían llegar. “La idea era empezar e ir formando un núcleo cultural, especialmente musical”, afirma la violinista Ivonne Iturry. La cellista Laura Alvarenga agrega que también perseguían desarrollarse musical y profesionalmente, dentro de un ambiente en el que pudiesen expandirse.

Entre las actividades que Pu Joa ofrece durante todo el año, Iturry destaca los cursos de cámara, en el que, por lo general, siempre viene un profesor invitado. Abarca, también, conciertos y talleres en diferentes salas de la ciudad, por toda una semana.

Para Alvarenga, todos estos años fueron “siempre un tira y afloja”, en el sentido de que, por un lado, les genera “muchas satisfacciones el poder hacer algo realmente importante, contribuir no solo con lo que es la música de cámara, sino con el arte y pensamiento cultural en sí”; pero, por otro lado, “es un poco complicado, como remar contra la corriente”. Esto responde a que “lo que hacen, en cierto sentido, es algo nuevo; algo no comercial. No es algo que venda, sino es cultural, crítico y, quizás, abstracto, pero es genial”, destaca.

A su turno, el contrabajista y docente Federico Rodríguez detalla que lo que estudian y les interesa es el repertorio que “tiene un valor artístico y cultural para el patrimonio de la humanidad”. Por ello, proponen eso al público, siempre de forma gratuita.

“Muchas veces, pareciera que algunas determinadas instituciones se quieren adueñar de este patrimonio y exponerlo solamente para un determinado público; entonces, nosotros tenemos esa intención de que sea para toda la gente”, expone Rodríguez. 

“El fin de Pu Joa es integrar a toda la población para que pueda tener contacto con este repertorio, y estas obras que tienen un gran valor artístico, que dan una muestra de sensibilidad e inteligencia de maestría en la composición”, comenta. 

El grupo tampoco busca busca encasillarse musicalmente en un solo periodo creativo. Su repertorio abarca todo tipo de música, pero siempre tratando de tener claro el lenguaje del compositor y tratar de explotarlo lo más cercano a su lenguaje posible.

“Pu Joa ha ampliado la diversidad de oferta cultural que se presenta”, sostiene por su parte Gerardo Gramajo, violinista, violista y otro de los profesores que interviene en el grupo. “Premeditadamente hemos buscado hacer algo diferente a lo que habitualmente se realiza en los círculos comerciales institucionales, en los que cuesta a veces desprenderse de un cierto conservadurismo o tradicionalismo. Es un poco como una visión de museo, y nosotros intentamos no vivir en un museo. Cuando estudiamos y reinterpretamos música del pasado, intentamos realmente eso, interpretar”, explica.

Satisfacción y logros

Evidentemente en este proceso, el grupo ha cosechado logros que resultan valiosos como agrupación independiente. Para ellos, una de las cosas más importantes es ver que en cada concierto –que se realiza el primer domingo de cada mes– hay gente que incluso a veces llena la sala o, también, ver caras nuevas. A esto se suman los vínculos que se van creando con músicos de otros países.

En dicho marco, Rodríguez señala que el año pasado han recibido creaciones de compositores jóvenes del Brasil, México, Argentina y Colombia, escritas para Pu Joa y estrenadas en Asunción. “Imaginate lo que es para un grupo que empezó por puro convencimiento y corazón nada más, sin tener ayuda de ningún tipo más que la voluntad de cada uno de nosotros, poder llegar a todos estos puntos del continente”, expresó.

Mantener los ciclos de música de cámara tampoco ha sido tarea fácil para la agrupación, pero es, sin duda, otra de las acciones más gratificantes. Eso significa “llegar a la sociedad”. El sentido de esta frase, expresada por Alvarenga, es que la música “no solamente es para un aniversario de una ciudad o el Día de la Madre, sino una actividad necesaria para todo ser humano el hecho de asistir a un concierto de música de cámara o a un teatro”.

Pedagogía poco habitual

El hecho de traer personas de afuera ayuda a fomentar a que los músicos de aquí se animen a empezar a componer, “como aquí no existe una escuela de composición”, según observa Iturry. “Es un proceso muy largo, pero que había que empezarlo en algún momento”, añade.

“Es difícil hablar de nuestra visión de la pedagogía”, suma Gramajo. Sin embargo, “ese es un tema que tiene que estar siempre en el debate”. No obstante, explica que Pu Joa “es más bien una vivencia, un punto que les interesa, ya que no es un sistema educativo, pues no hay un sistema vertical de transmisión de conocimientos”.

Gestión independiente

“Hemos logrado muchas cosas, podemos decirlo con alegría, y es un galardón hacerlo de manera autogestionada y verdaderamente independiente. Hemos logrado hacer nuestro camino. Lo primero que nos da la libertad es el aprendizaje”, plantea Gramajo. Para Rodríguez, es “el aprendizaje de trabajar por algo que no es dinero, sino poner esfuerzo humano para recibir algo que no es plata”. A pesar de no contar con una fuente de financiación permanente, gracias a su labor han tenido apoyo de embajadas, como la de Argentina, Italia y Bolivia, al igual que de centros culturales, como la Manzana de la Rivera, que le cedió su espacio para ensayos gracias a la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Asunción, y el Instituto Cultural Paraguayo Alemán.

Reflexiones

Como celebración de su primer lustro, este año actuarán por primera vez en el Teatro Municipal, el 20 de noviembre. Por otro lado, el 19 de junio pasado presentaron su primer disco. Además, a raíz del apoyo de la Municipalidad, están en tratativas para tener su propia sede. Pu Joa seguirá acercando a la gente música de cámara de todos los periodos. Específicamente acerca de la música contemporánea, Rodríguez sostuvo que “si no se la toca tanto, es porque es la modernidad. A los círculos del poder les interesa la conservación, pero a nosotros no nos interesa mucho la conservación, no desde esa perspectiva; el propio nombre de las escuelas musicales es conservatorio”, recuerda.

Acerca de esa apreciación, Gramajo cuenta que en Uruguay la carrera de Música pertenecía al Conservatorio Nacional, hasta que el gran compositor Héctor Tosar aceptó ser su director. “Lo primero que pidió fue que se cambiara el nombre, porque decía que no quería enseñar para conservar nada, y esa concepción también atañe lo educativo”.

Finalmente, Rodríguez profundiza que el arte tiene una doble función, ya que “es al mismo tiempo constructo y producto, refleja una realidad y la crea también”. Ejemplifica que si hay una propuesta cultural “muy tradicional, esto tiene una influencia a nivel social, pues va crear una sociedad conservadora; en cambio, si se apuesta por una propuesta cultural más moderna, un poquito más visionaria, obviamente va a calar en la sociedad”.

Integrantes 

Laura Alvarenga, Juan Aquino, Patricia Barrios, María Eugenia Benítez, Marye Benítez, Camila Corvalán, Yanina Daniluk, Héctor Delgado, Montserrat Duarte, César Flecha, Alicia Florentín, Emilce Godoy, Gerardo Gramajo, Ivonne Iturry, Lise Núñez, Florencia Ocampos, José Paniagua, Irene Riveros, Federico Rodríguez, Karen Samudio, Giammaria Tesei y Pierluigi Tesei.

Sepa más 

En Facebook: Pu Joa

victoria.martinez@abc.com.py

Fotos: ABC Color/Javier Cristaldo.

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