ENTÉRESE

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Parlamentarios paraguayos

En el octavo periodo constitucional (1898-1902), el Congreso estuvo integrado por Héctor Carvallo, presidente, y los senadores Juan Crisóstomo Centurión, Federico Bogarín, Ildefonso Benegas, Eduardo Fleitas, Héctor Carvallo, Emiliano González Navero, Miguel Corvalán, Patrocinio Zelada, Manuel Solalinde, Zoilo González, Bernardino Caballero, Tomás Aquino y Facundo Ynsfrán. Ejercieron la diputación Pedro Miranda, Juan Ramón Silva, Juan Guanes, Antonio Sosa, José G. Gill, Antonio Taboada, José Emilio Pérez, Manuel Antonio Amarilla, Pedro Pablo Caballero, Julián Ayala, Ernesto Egusquiza, Amancio Insaurralde, Fulgencio R. Moreno, Federico Codas, Adolfo R. Soler, Rodolfo Guanes, Eusebio Mongelós, Basilio de los Ríos, Juan F. Recalde y Carlos Luis Isasi.

En este periodo, también ejercieron la diputación —electos para suplir vacancias por renuncia, muerte o destitución, o por renovación de la Cámara a mitad del periodo— ciudadanos como Arsenio López Decoud, Rufino Mazó, N. Frutos, Juan Guanes, Fernando Carreras, N. Careaga, Ramón García, Tomás Matto, Manuel Talavera, Fernando Viera y Federico Chirife.

Un pionero en el Chaco

Un 13 de julio de 1919, hace 95 años, nacía en Belén, Concepción, don Beato Fernández, recordado ganadero del Chaco boreal. Se radicó en el Chaco siendo apenas un adolescente, acompañando a don Faustino Brizuela como componente del equipo de abastecimiento del Ejército durante la Guerra del Chaco. Debido a su corta edad, no fue trasladado hasta el frente de batalla, pero quedó trabajando en la estancia Pozo Colorado, del norteamericano George Lohman. Posteriormente, se radicó en el Chaco con su familia y se dedicó a la ganadería, siendo uno de los pioneros de la ganadería chaqueña. Falleció el 11 de agosto de 2006.

Población paraguaya por nacionalidades

Según el censo realizado en 1886, había en el Paraguay 231.878 paraguayos (94.868 hombres y 137.010 mujeres), 4895 argentinos (3056 hombres y 1839 mujeres), 530 brasileños (428 hombres y 102 mujeres), 16 bolivianos (13 hombres y tres mujeres), 18 chilenos (16 hombres y dos mujeres), 198 uruguayos (129 hombres y 69 mujeres), 13 norteamericanos (10 hombres y tres mujeres), 228 franceses (181 hombres y 47 mujeres), 321 españoles (289 hombres y 32 mujeres).

Por otra parte, vivían en el país 476 alemanes (304 hombres y 172 mujeres), 53 austriacos (45 hombres y ocho mujeres), 39 ingleses (34 hombres y cinco mujeres), 825 italianos (664 hombres y 161 mujeres), 116 portugueses (113 hombres y tres mujeres), 112 suizos (68 hombres y 44 mujeres), 30 griegos (25 hombres y cinco mujeres), tres rusos (dos hombres y una mujer), 14 belgas (nueve hombres y cinco mujeres), un hombre holandés, cinco peruanos (cuatro hombres y una mujer), un granadino, un danés y un sueco.

Crisol del arte

Motivos tienen los luqueños para enorgullecerse de ser tales. Es la ciudad de la orfebrería. Allí, los artesanos trabajan el oro, aunque, últimamente, más la plata, por cuestiones relacionadas con la inseguridad ciudadana que no permite lucir tantas joyas como en tiempos no tan lejanos. Luque también es famosa por sus luthiers. Las guitarras que acompañan a artistas y bohemios salieron de talleres luqueños, como los de los Chávez o los Sanabria, verdaderas dinastías de fabricantes de instrumentos que unen experiencia con secretos bien guardados que solo son transmitidos de generación a generación como auténticas sociedades iniciáticas.

Tantas fibras de oro y el cordaje de sonoras guitarras no podían menos que servir de conjuro para ir hilvanando los hilos de toda una filigrana artística. Muchos son los artistas que salieron de ese crisol del arte: músicos, cantantes, actores de teatro, poetas, literatos...

La ciudad de Luque está muy unida a nombres señeros como los de Carmen y Juan Bautista Almirón, autor de la polca Curé Luque; Aniceto Vera Ibarrola, el mejor violinista que surgió en el Paraguay; Félix A. Vera, Gustavo Alviso, Ricardo García, Elizarda y Adela Casal, Magdalena Stanch, Ladislao Orrego, patriarca de toda una estirpe de músicos; Feliciano Cáceres, Rufo Galeano, y Teófilo Ochoa y Rupertito Coronel, ambos no videntes, pero músicos virtuosos.

Haciendo una lógicamente incompleta lista de valores luqueños, están los nombres de Víctor Trigo, Emilio García, Alfonso Irala, Eugenio Hermosilla, Rodolfo Roa, Melanio Alvarenga, Hugo Nacimiento, Víctor Landi, Alberto Pino, Carlos del Moral, Herminio Maldonado, Hugo Salas, Rigoberto Vidaurre, Víctor de los Ríos, Alfredo Cartes, o conjuntos musicales como Los Cardenales, Paraguay Poty, Los Aldeanos, Los Zorzales de América, dúo Bogado-Lugo, dúo Panambí-Verá, trío Los Buenos, trío Los Indolatinos, Los Arrieros Luqueños, cuarteto Aquidabán, orquesta típica Granados, Los Galanes de la Típica, las orquestas electrónicas Los Big’s, Los Ganster’s y cultores de otras ramas del arte, como César Castillo, Juan Bautista Castillo, más conocido como Nitzugan, quien —además de sus trucos de magia— ha dado a su ciudad un espacio para las expresiones artísticas.

surucua@abc.com.py

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